Hablar de la madrina en una boda es hacerlo de la mujer que ese día adquiere una importancia solo superada por la novia. Que ese día luzca impecable y acapare la atención de todas las miradas requiere seguir unas pautas de protocolo ineludibles, que afectan al largo del vestido, al tocado e incluso al maquillaje.
Vamos a resolver cualquier duda que pueda haber acerca de cómo debe ir la madrina en el gran día, sin olvidar que todas estas indicaciones pueden (y deben) adaptarse a la personalidad de cada una, porque más allá de cualquier indicación protocolaria, lo más importante es que se sienta cómoda consigo misma, sin desentonar en el ambiente y estilo de la boda.
Hasta el protocolo más estricto sufre modificaciones con el paso del tiempo, pero conviene saber cuáles son las indicaciones al respecto. La tradición marca que la madrina es, junto con la novia, la única que puede llevar un vestido largo sin importar si la boda se celebra por la mañana o por la tarde.
Si la ceremonia tiene lugar por la mañana no es preciso que el vestido sea largo, pero nunca puede ir por encima de la rodilla. Esto es fundamental. Nunca una madrina puede llevar un vestido corto. Además hay otro requisito: si el novio viste chaqué, la madrina deberá ir de largo sin importar en qué momento del día tenga lugar la celebración.
Pero las indicaciones acerca de cómo debe ser el vestido no terminan en el largo. El escote es otro de los puntos importantes en el que existe total unanimidad: nada de escotes vertiginosos o que corran el riesgo de hacer que la madrina pueda parecer vulgar. La elegancia es una máxima a cumplir y lo ideal es pensar en escotes redondos o a la caja. También puede funcionar el cuello de barco y el escote en pico, siempre que no sea muy pronunciado.
Para que la madrina mantenga el protagonismo que le corresponde sin restarle el suyo a la novia ha de evitar los tejidos estampados y optar por un vestido en color liso. Para acertar de pleno, lo ideal es que en una boda de mañana opte por colores suaves y tonos pastel, como el rosa maquillaje, el gris perla o el verde agua. A la madrina se le aplica el mismo código que al resto de invitadas y no puede ir de blanco para no eclipsar a la novia.
Si la boda es de tarde puede decantarse por tonos más oscuros, y también muy bonitos, como el azul klein, el burdeos o el verde esmeralda. En cualquier caso, se recomienda evitar los tejidos demasiado brillantes o las lentejuelas. Recordemos: elegancia por encima de todo.
La mantilla es, sin duda, el complemento que mejor identifica a la madrina de una boda. Pero eso no significa que tengas que llevarla. De hecho, el protocolo marca que solo hay que llevarla si el novio viste chaqué, pero hay quien decide llevarla sin que se dé esa condición, y es perfectamente posible. Si te decides por ella, busca una que vaya acorde con tu personalidad y elígela antes que el vestido para que combinen a la perfección.
Pero, como hemos dicho, no es imprescindible llevar mantilla, así que puedes elegir un tocado con el que te sientas más cómoda. Eso sí, evita los tocados grandes, es preferible que elijas uno que sea pequeño o mediano.
Para las bodas de día se recomienda el uso de una pamela si el novio no lleva chaqué. Pero para lucirla se recomienda que el vestido sea midi o por debajo de la rodilla, nunca largo.
En cualquier caso, lleves mantilla, tocado o pamela, no debes quitarla en ningún momento según marca el protocolo.
Es el complemento que más nos gusta para la madrina. La razón de ser de los guantes para ella es que los brazos deben ir cubiertos, y no hay nada más elegante para conseguirlo que unos guantes. Por lo tanto, su largo va a depender de cómo sea la manga del vestido. Aportan un toque sofisticado maravilloso, y deben ir a juego con el vestido o con los complementos. Puedes llevar la mano izquierda derecha descubierta para saludar y sujetar con la izquierda el guante que no lleves y el bolso. Debes quitarte ambos en la iglesia y el convite.
No es el día de querer lucir todo tu joyero, piensa en qué joyas son las que más te favorecen. Busca esas piezas especiales que te hagan brillar sin recargar mucho el look. Los brillantes, las piedras naturales y las perlas son siempre una excelente opción. Los accesorios, como el bolso y zapatos, deben ir a juego con el vestido o en un único tono a contraste.
El maquillaje, lo más natural posible. No es momento de innovar, sino de sacarle el máximo partido a esos trucos de maquillaje que sabes que tanto te favorecen.