Que la relación entre el príncipe Harry y la familia real inglesa está resquebrajada desde hace años es una realidad. Pero nadie se esperaba que el hijo pequeño de Lady Di y el rey Carlos publicara unas memorias donde contaba cómo había vivido la muerte de su madre, sus altercados de juventud y cómo es su actual trato con el heredero al trono, su hermano William.
Harry se ha convertido en uno de los príncipes más controvertidos de Europa. El hijo pequeño de Lady Di decidió, hace dos años, alejar a su familia de las responsabilidades ‘reales’ y del foco de la prensa. Además, hace un año, tanto él como su mujer, Meghan Markle, contaron a Oprah los distintos momentos incómodos que habían vivido dentro del Palacio de Buckingham.
Unas declaraciones que no dejaban en muy buen lugar a la familia real inglesa, ya que hablaban de racismo y violencia. En definitiva, el matrimonio nunca se había sentido cómodo y, por eso, decidieron desligarse de los Mountbatten.
Esta decisión no fue bien acogida por su padre, Carlos, ni por su hermano William, quien siempre ha dado entender que respetaba la corona y que quería prepararse para heredar el trono. Esto también ha hecho que entre los dos hermanos, que siempre han sido inseparables, aparezcan las rencillas. Además de estas polémicas declaraciones, en 2022 Harry y Meghan estrenaron un documental sobre su vida y a finales de ese mismo año vieron la luz las memorias del príncipe, donde no dejaba en buen lugar a la corona.
Es por todo ello que Harry se ha convertido en el díscolo de la casa real británica, algo que no ha gustado nada a su familia y mucho menos a sus ciudadanos, quienes veneran la corona. Eso sí, Harry no ha sido el único príncipe que se ha rebelado contra lo establecido.
Puede ser que Ernesto de Hannover se lleve el premio al más poco amable con la prensa. El hombre es el jefe del Estado de la antigua Casa Real de Hannover y, además, fue esposo de Carolina de Mónaco, con quien tuvo una hija. A pesar de que lo que se espera de cualquier miembro de la casa real es un poco de educación y respeto, en Ernesto se ha visto muchas veces todo lo contrario.
Ha protagonizado una infinidad de polémicas. La primera de ellas se produjo durante la Expo 2000, que se celebró en Turquía, donde provocó un incidente diplomático. Además, fue denunciado por la embajada turca por insultar al pueblo de Turquía. Unos años más tarde, demandó a una revista por publicar unas imágenes suyas orinando a las puertas de un hospital en Austria.
En 2004 fue declarado culpable de asalto y de causar lesiones graves después de golpear, supuestamente, a un hombre con un puño de acero. 2020 también fue un año complicado para él. En septiembre de ese año fue detenido después de que su empleada del hogar y su marido le denunciaran por coacciones, ya que les había amenazado con que iba a enviarles una banda de matones. Además, se le acusaba de haber roto una señal de tráfico y una vitrina de la Fundación Duque de Cumberland.
El hombre pasa largas temporadas en Madrid ya que ahora sale con la hija de Pitita Ridruejo, Claudia Stilianopoulos. Ambos han protagonizado varios enfrentamientos contra la prensa, aunque suele ser Ernesto quien lleva la voz cantante y quien se enfrenta a los periodistas, mientras su novia intenta calmarlo.
La que fuera su cuñada, Estefanía de Mónaco, también fue a contracorriente en sus años de juventud. Aunque eso sí, nunca llegando al nivel de Ernesto. Cuando era joven, la hija pequeña de Raniero de Mónaco y Grace Kelly se ganó el apodo de la ‘princesa rebelde’. Desde pequeña, cada vez que acudía a cualquier acto oficial, era fotografiaba haciéndole muecas a los paparazzis o sacándoles la lengua. Es por eso que sus padres decidieron corregir su educación, internándola en las mejores escuelas e internados. Eso sí, en la mayoría de ellas, o la expulsaban o se escapaba.
Aún así, consiguió terminar secundaria, pero decidió no ir a la universidad, ya que la idea “le aburría”. Su adolescencia complicada involucró uno de los momentos más difíciles de su vida. En septiembre de 1982 tuvo un accidente de coche junto a su madre, que le costaría la vida a esta última. Se llegó a afirmar que era Estefanía, por aquel entonces menor de edad, quien conducía el coche o que, incluso, había protagonizado una tensa discusión mientras su madre llevaba el coche. Al poco tiempo, rompió su silencio y explicó que Grace Kelly había confundido el pedal del freno con el del acelerador.
También, su vida privada fue objeto de polémica. Su primer novio oficial fue Paul Belmondo, hijo del actor Jean-Paul Belmondo. Antes había salido con Urbano Riario Sforza Barberini Colonna, quien era cuatro años mayor que ella y con quien había comenzado a experimentar el mundo de la fiesta. Con Paul estuvo saliendo durante dos años, se mudaron juntos a París y comenzó a trabajar como estilista en la casa Dior.
Todo iba bien hasta que llegó Anthony Delon, hijo de Alain Delon, con quien rompió a las dos semanas. A partir de 1984 hasta 1991, su ritmo de amores fue vertiginoso. Así, se le relacionó con el piloto Stephan Johanson; el playboy Michael Fitousi; el fotógrafo François Darmigny; los actores Cristopher Lambert y Rob Lowe; el playboy francés Mario Oliver; el hijo del ex presidente de Estados Unidos John F. Kennedy, John John Kennedy; el productor discográfico Ron Bloom, quince años mayor que ella y con quien estuvo viviendo en Los Ángeles; el amigo de Alberto de Mónaco, Jean-Yves Lefur, con quien estuvo a punto de pasar por el altar, y el empresario Jerôme Lausseur.
Eso sí, puede ser que su relación más polémica fuera con su guardaespaldas, Daniel Ducruet. Juntos fueron fotografiados en Estoril y, al poco tiempo, anunciaron su embarazo. En esos últimos meses, Raniero le había suspendido la mensualidad que tenía asignada y, por eso, se dice que vendió la exclusiva de su embarazo. El 26 de noviembre de 1992 nació el pequeño Louis y, luego, vino al mundo Paulina.
A Raniero le costó mucho aceptar la relación de Ducruet y su hija. Aún así, con el paso del tiempo, aceptó la relación y, sobre todo, su matrimonio. Pero todo se rompió cuando pillaron al guardaespaldas manteniendo relaciones sexuales con una cabaretera francesa, Fili Houteman. La pareja acabó divorciándose.
Aunque hemos contado que Harry inició un momento tenso en la casa real británica, probablemente quien lo hizo antes fue su tío, el príncipe Andrés. Eso sí, él ha tenido la suerte de no recibir una sentencia pública. El que fuera hijo favorito de la reina Isabel II, supuestamente, mantuvo una estrecha relación con Jeffrey Epstein, el productor que se enfrentaba a 45 años por prostitución de menores y tráfico sexual.
Así, en 2.000 documentos se demostraba la vinculación entre el príncipe y el cineasta. Además, en esos papeles, Andrés era acusado de tocar el pecho a una mujer sin su consentimiento en una fiesta. A pesar de que tras la acusación de Epstein, la casa real inglesa le prohibió a Andrés volver a relacionarse con el empresario, el príncipe hizo oídos sordos. Ambos fueron captados dando un paseo por la ciudad de los rascacielos. Esto provocó que Andrés renunciara a su cargo como representante del Gobierno en el Comercio Internacional.
Además, una de las víctimas del escándalo, Virginia Roberts, afirmó en 2015 que había mantenido relaciones sexuales con el príncipe cuando ella era menor. Aseguró que la convirtieron en “esclava sexual” del financiero. Habría sido Epstein quien habría facilitado esos encuentros. Al parecer, al recibir esta noticia, el príncipe se mostró “horrorizado”. La realidad es que Andrés aparece cada vez en menos actos públicos y la corona inglesa le ha distanciado de sus obligaciones reales.
Otro de los hombres más polémicos de Europa es el príncipe Laurent de Bélgica. Es príncipe, pero que no respeta nunca el protocolo, se muestra harto en cualquier acto público al que acude y hace y deshace como quiere con el dinero público. Así, el hermano del rey Felipe encadena polémica tras polémica.
Una de las últimas fue la de posicionarse a favor de su hermanastra, Delphine Boel. Además, también se ha enfrentado contra varias personalidades del Partido Nueva Alianza Flamenca y el líder del partido lo acusó públicamente de fraude. Y no solamente eso.
Entre 2007 y 2008 generó un gran conflicto que se reuniera con Maumar Gadafi, hijo del antiguo dictador libio. También, se presentó en la República Democrática del Congo, en plenas elecciones en el país, generando un malestar general. Acudió a una fiesta de la Embajada China en Bruselas, reuniéndose con distintos dirigentes del país en nombre del reino, pero sin su autorización. Esto hizo que el primer ministro, Charles Michel, le amenazara con quitarle la asignación que recibe del estado. Aunque eso sí, lo que denota que su país le da exactamente igual, es que en cualquier evento oficial está más atento a su móvil o más centrado en bostezar que en los actos que se organizan.