El rey emérito tendría una hija secreta. Y sería conocida por el gran público. Así lo ha asegurado Pilar Eyre en una entrevista para 'Tot es mou', el matinal de TV3 en el que ha entrado en detalles sobre la identidad de esta supuesta vástaga secreta (y bastarda) de Juan Carlos I.
Aunque la periodista experta en Zarzuela ya dejó caer la existencia de esta hermana de Felipe, Elena y Cristina de Borbón en su paso por el 'Chester', ha sido en esta intervención televisiva donde ha esbozado un retrato robot de esta mujer de la que no ha querido dar el nombre.
En su día, en la charla que mantuvo con Risto Mejide en 2017, Eyre decidió hacer pública su existencia ante la petición del publicista de tener por su parte una "exclusiva" que implicase a algún miembro de la familia real.
Ahora, con Helena García Melero de interlocutora, Pilar ha definido que esta señora de la que habló hace seis años es "muy conocida" por ser "hija de una pareja de la aristocracia". Muy popular entre la jet set madrileña, su historia la conoce "todo el mundo" que se mueve con la élite de la capital.
La madre de esta hija bastarda, según la periodista, era "la primera que contaba orgullosa que su hija era del rey". También lo hacía su padre no biológico, que además era poseedor de un título nobiliario "importante en España" que permitió que su hija se moviese como pez en el agua por esas altas esferas.
Por sus apellidos, de hecho, esta mujer llegó a ser portada de revista del corazón con su boda. Una posición en el mundo vip de la que también ha disfrutado en su día a día, ya que "siempre se la ha tratado con mucho respeto, ocupa sitios preferentes en las ceremonias donde va y en las tiendas tiene un trato especial.".
En esta entrevista para la televisión catalana, Pilar Eyre también ha apuntado que tiene prácticamente la misma edad que el rey actual, que ya tiene 55 años, y que "algunos comentan que se parece a Felipe, otros a Cristina de Borbón".
Es más, si rescatamos lo que planteó en el Chester, donde también negó que estuviese haciendo referencia a la belga Ingrid Sartiau o al recientemente fallecido Albert Solà, que ya reivindicaron ser hijos ilegítimos del rey, de saberse la identidad de esta señora medio país ataría cabos y se preguntará "cómo no nos habíamos dado cuenta antes".
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