Si alguien esperaba que la coronación de Carlos III fuera una fiesta por todo lo alto, con las mejores galas y toda la fanfarria de este tipo de actos, tendrá que seguir soñando porque, si hay una palabra que pueda definirla, es austeridad.
El 6 de mayo es el día señalado para este histórico acontecimiento, que no se había celebrado en Inglaterra desde hace más de 70 años. Un rey sucede al siguiente y la longevidad de Isabel II hizo que mucha gente solo la conociera a ella como monarca. Su muerte ha supuesto un gran cambio en muchos aspectos.
El primero de ellos es que ahora Inglaterra tiene Rey, el marido de Isabel II, el duque de Edimburgo, nunca tuvo tal cargo, pero también que Carlos III tiene una forma un tanto diferente de hacer las cosas. Para empezar, está dispuesto a modernizar y relajar ciertas tradiciones.
No todas, por supuesto, pero parece que, sin dejar de ser un acto solemne, su coronación va a tener un código de vestimenta un poco más relajado que la anterior.
Tanto Carlos III como Camilla, la reina Consorte (porque ella sí tendrá ese título) lucirán históricas coronas para este momento, ella la corona de la reina María, y él, será coronado con la de San Eduardo, también usará la corona del Estado Imperial. Todo apunta a que estas serán las únicas joyas que se luzcan sobre las cabezas, porque no se esperan ni tiaras ni coronas.
Esto vendría a confirmar las informaciones publicadas que señalaban que Kate Middleton podría acudir sin la esperada tiara, rompiendo así con una tradición clásica. Es de sobra conocida la preocupación del actual monarca con el medio ambiente, con el reciclaje y con el respeto al medio ambiente, pero también quiere que su coronación sea sencilla, evitando gastos innecesarios, aclimatándose así a unos tiempos complicados para todos.
El rey Carlos habría establecido, tal y como recoge ‘The Telegraph’, un “código de vestimenta relajado”. El nuevo monarca pone fin con sus peticiones a cinco siglos de tradición, algo que no todo el mundo ve con buenos ojos; los aristócratas británicos no podrán lucir sus capas de armiño y las coronas que heredan de padres a hijos, deberán acudir con traje oscuro. En realidad solo llevaban estos atuendos los que tenían un papel activo en la coronación.
Los parlamentarios que acudan al acto no tendrán necesidad de acudir de manera formal, podrán llevar las capas tradicionales que se ponen en el acto de apertura del Parlamento, largas, de color rojo y con un cuello blanco de armiño. Unas capas que no han estado exentas de polémica, pues no son pocas las voces que señalan que se debería cambiar el armiño por piel artificial.
Quienes no quieran lucir las capas pueden optar por llevar una vestimenta estándar, que se correspondería con el típico traje. El Rey llevará su uniforme y se sabe que Camilla lucirá un vestido de Bruce Oldfield.