Irene Urdangarin, la pequeña de los cuatro hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, cumplirá la mayoría de edad el próximo 5 de junio. Su madre está organizando una doble celebración el próximo viernes 16 de junio, fecha que coincidirá con el fin de sus estudios de bachillerato. Se espera que hagan acto de presencia en esta puesta de largo: sus padres, sus hermanos, la infanta Elena, Victoria Federica, la reina doña Sofía y su pandilla de amigos de Barcelona. En cuanto a Clara Lieabert, su abuela paterna, se desconoce si su estado de salud le permitirá coger un vuelo a Suiza.
Alta, rubia y de ojos azules, la sobrina de los reyes de España pasa desapercibida por las calles de Ginebra, donde vive ajena a cualquier polémica de la familia real. Los que la conocen dicen de ella que es sociable, divertida e independiente. Le gusta leer, es buena en los idiomas (habla con fluidez francés, inglés, catalán y español), siente devoción por la música (toca el piano) y practica todo tipo de deportes (desde el esquí y la natación al running o la vela). En cuanto a la presión mediática, tiene la suerte -al menos hasta ahora- de estar menos sometida que el resto de su familia, sobre todo si se compara con sus primos maternos.
Leonor y Sofía deben seguir una agenda oficial que les obliga a estar permanentemente en el foco mediático. La rebeldía de Froilán ha intensificado el interés de los medios por el hijo de la infanta Elena, que reside en la actualidad en Qatar junto al rey Juan Carlos en pos de alejarse de la mala prensa. E incluso las principales revistas de moda quieren llevar en portada a Victoria Federica, que ha dado el paso de conceder entrevistas y asistir a todo tipo de eventos (aunque rechaza el término de influencer).
Al contrario de la nueva generación de los Borbones, Irene está forjando su propio camino inclinándose por la más absoluta discreción. En las pocas apariciones públicas que ha hecho, ha llamado la atención su estilo, su saber estar y el innegable cambio físico que ha experimentado con el paso de los años, como puedes ver en el vídeo que encabeza esta noticia.
Muy unida a sus otros tres hermanos (Juan, Pablo y Miguel, de 23, 23 y 21 años, respectivamente), reside con su madre en Ginebra, ciudad a la que se mudó el matrimonio con sus cuatro hijos cuando empezaron los problemas legales que llevaron a Iñaki Urdangarin a prisión. Una unión familiar que no existe a día de hoy. De hecho, los exduques de Palma estarían esperando a que la benjamina cumpliera los 18 para firmar los papeles de divorcio.
Con sus cuatro hijos ya en la mayoría de edad, el divorcio se tramitaría con un notario, sin custodias de por medio ni necesidad de pasar por un juzgado, evitando así que se filtren los detalles del acuerdo. Este sería la razón principal por la que el aún matrimonio ha esperado un año para separarse, pese a que la relación lleve tiempo rota y el exjugador de balonmano ya esté haciendo vida con Ainhoa Armentia.
Irene mantiene un perfil bajo y así desea continuar, como sus amigas suizas, el grupo que hizo cuando vivía en la Ciudad Condal o las del círculo de vela de su madre, a las que ve con asiduidad. Se dijo que iba a estudiar hostelería en una prestigiosa escuela de Ginebra, pero la realidad es bien distinta, según han podido saber los compañeros de ¡Hola! Su rendimiento escolar ha ido disminuyendo, por lo que la infanta Cristina ha estado encima de ella y pendiente de sus calificaciones. Dependiendo de sus notas finales, elegirá una disciplina u otra para seguir formándose, con el arte, las letras y el diseño como principales.