Harald de Noruega, el primer amor de la reina Sofía: historia de un romance imposible

Harald es el rey de los noruegos desde su ascenso al trono en enero de 1991, tras la muerte de su padre, Olaf V. Aunque se intentó por todos los medios que su relación con la reina Sofía prosperara, no pudo ser. 

Harald se casaba en 1968 con Sonja Haraldsen, ahora conocida como la reina Sonia, una plebeya que le robó el corazón y con la que ha tenido dos hijos, Haakon, el heredero al trono y felizmente casado con Mette-Marit, y Marta Luisa, quien actualmente mantiene una relación y tiene planes de boda con el chamán estadounidense Durek Verrett

Harald de Noruega y la reina Sofía

La vida de Harald habría sido muy diferente de haberse cumplido los propósitos de su familia y de la familia de la reina Sofía, que desde el principio propiciaron encuentros entre ellos para conseguir que saltara la chispa y formaran un sólido matrimonio. 

A finales de los años 50, Harald era uno de los solteros de oro de las monarquías europeas, joven, alto, rubio, de ojos claros y deportista. La madre de la reina Sofía, la reina Federica, consideraba que podía ser un excelente candidato para que su hija comenzara una familia. No fue la única que vio en él un perfecto candidata a marido, también las reinas de Dinamarca y Suecia parecían haberle echado el ojo como un posible candidato para sus hijas. 

El primer encuentro entre Harald y Sofía se produjo durante una vista a Noruega de los Reyes griegos. Según recogen en ‘Mujer hoy’, la pareja compartió baile y también muchos momentos, pero no surgió la chispa. Lo volvieron a intentar en el ‘baile de juventud’ en Dinamarca, pero de nuevo el resultado fue el mismo. 

En un último intento, se planeó una escapada en el verano de 1960 a Corfú, a la que Harald fue invitado. Paseos juntos, reuniones en la playa… pero el compromiso no llegó. Parecía que este enlace era imposible y dos años después, en 1962, Sofía se casaba con quien todavía es su marido, Juan Carlos I. 

Se dice que doña Sofía sí que había llegado a sentir algo por Harald y que para ella fue toda una decepción cuando el parlamento no concedió el dinero que el Rey solicitó para la dote de su hija. Harald, por su parte, estaba enamorado, sí, pero de Sonia. 

La había conocido en un campamento de verano cuando ambos tenían 15 años y el único problema que tenía es que era plebeya. Su padre era comerciante de tejidos y ella se estaba formando para ser costurera. En 1959 Sonia acudía a la graduación de Harald, dejando claro que lo suyo iba en serio. 

Esta relación no contaba con la aprobación del rey Olaf, por lo que intentó acabar con ella mandando a su hijo a estudiar Ciencias Económicas, Políticas e Historia a Oxford durante dos años y presentándole a posibles candidatas, como Sofía de Grecia. La estrategia no funcionó, y Harald amenazó con renunciar a la corona si no le dejaban cumplir con sus deseos. La pareja se casaba en agosto de 1968.