A finales de los 90, las vidas de Carolina de Mónaco y de Ernesto de Hannover se unieron. La pareja se conocía desde siempre, pero la amistad que mantenían nunca había ido más allá, a pesar de los intentos, según cuentan, de Grace Kelly, madre de la princesa de Mónaco.
Esta unión suponía la unión de Carolina con una Casa Real de gran linaje, los Hannover estuvieron emparentados con la familia real británica y se considera que, de haber tenido Alemania monarquía, Ernesto podría haber sido el Rey.
Hannover había estado casado durante 16 años con Chantal Hochuli, con quien había tenido dos hijos, Ernesto Augusto y Christian. Para casarse con ella, Ernesto había tenido que convencer a su padre para que permitiera su matrimonio con una plebeya, porque Hochuli no tenía sangre real.
La pareja tenía una amistad cercana con Carolina de Mónaco y su marido. Tras el fallecimiento de Stéfano Casiraghi, siguieron teniendo vínculos muy cercanos con Carolina y sus hijos, hasta que en 1996 comenzó a correr el rumor de que entre Carolina y Ernesto había surgido una relación. Ernesto se divorciaba en 1997.
Una vez superados los momentos más complicados de la relación, tras el divorcio de Ernesto y cuando el enfado de la opinión pública parecía más calmado, la pareja tomaba la decisión de casarse y lo hacía casi por sorpresa. Un enlace celebrado en el Salón de los Espejos del Palacio de Mónaco que coincidió con el 42 cumpleaños de Carolina de Mónaco: el 23 de enero de 1999.
Fue un enlace civil al que acudieron familiares y amigos cercanos, donde no estuvo Estefanía, hermana de Carolina, porque por aquella época se encontraba distanciada de su familia. Estuvieron presentes Rainiero y Alberto, así como los cinco hijos de la pareja, los dos de Ernesto y los tres de Carolina: Andrea, Carlota y Pierre.
La princesa se casaba con el cabello suelto y un sencillo traje de chaqueta de color azul perlado que, más adelante, ha lucido en otras celebraciones, eso sí, cambiando algunos complementos y actualizándolo.
Lo que poco se sospechaba es que, en aquella ocasión, este diseño de Chanel de falda y chaqueta, con costuras verticales y una doble botonadura en la parte frontal con botones en dorado, ocultaba un embarazo que se encontraba ya en su tercer mes de gestación. Seis meses después, el 20 de julio de 1999, nacía la Princesa Alejandra de Hannover, la única hija del matrimonio.
A pesar de su linaje, Ernesto de Hannover era prácticamente un desconocido para el gran público, su boda le puso en primera línea, algo que no llevó demasiado bien. Sus escándalos fueron recogidos por la prensa y pronto comenzaron los rumores sobre crisis en este matrimonio. En 2009 rompían su relación, pero no llegaban a firmar el divorcio, por lo que, a pesar de la separación, Carolina sigue siendo princesa de Hannover.