En el terreno del castillo de Windsor está Adelaide Cottage, la casa en la que viven los príncipes de Gales junto a sus tres hijos. Aquí se mudó la pareja desde Kensington Palace, el lugar en el que hasta el momento habían estado residiendo.
Hacía tiempo que había rumores de que querían mudarse, para estar más cerca de la Reina y también por el bien de la educación de sus hijos, a los que inscribieron en la escuela privada Lambrook School; una nueva etapa que comenzó en septiembre de 2022.
Muchas fueron las propiedades de la familia que se barajaron, se habló de Frogmore House, aunque se descartó porque la obra de aclimatación sería demasiado cara. También se pensó en Royal Lodge, actual hogar del príncipe Andrés y una residencia que parece bastante claro que no tiene intención ninguna de abandonar.
Finalmente, fue esta propiedad la escogida, construida en 1831 por el rey Guillermo IV para su esposa, la reina Adelaida. Tras la muerte de su marido, la reina acudió cada vez menos a esta residencia, que recuperó su energía y su vida en tiempos de la reina Victoria, que solía tomar el té allí. Se trata de una modesta vivienda de cuatro dormitorios, aunque en origen tenía dos habitaciones principales y habitaciones adicionales para los pajes de la Reina.
Además de tratarse de una propiedad histórica, también forma parte de la historia de la familia real británica que ha quedado recogida en la serie de Netflix, ‘The Crown’. Esta vivienda se convirtió en el hogar del capitán Peter Townsend, a quien Jorge IV le entregó la casa para que viviera con su familia.
Townsend vivió un romance con la princesa Margarita, se conocieron cuando ella tenía 17 años y él era un hombre casado, aunque al parecer no fue una relación sentimental hasta que él se divorció. Una vez el matrimonio se separó, la pareja pudo vivir su amor más libremente, pero nunca llegaron a casarse, no estaba permitido por ser divorciado. Cuando se esperaba el anuncio de boda y que ella renunciara a sus derechos dinásticos, se confirmó la ruptura.
En sus memorias, Townsend recogía que la casa era una nevera en invierno, porque solo tenía dos radiadores, algo que sin duda habrá sido subsanado con el tiempo, convirtiendo esta vivienda en el lugar ideal para que los príncipes de Gales críen y vean crecer a sus tres hijos. Adelaide Cottage ha sido reformada en varias ocasiones, la última de ellas en 2015.
Esta casa les ofrece a los príncipes de Gales la posibilidad de contar con todo el espacio y la privacidad que necesitan mientras están muy cerca de otros miembros de la familia. Fue una de las opciones que les ofrecieron a los duques de Sussex, pero escogieron Frogmore Cottage. La casa se encuentra a apenas 10 minutos andando de Windsor, también está cerca de los duques de Edimburgo y de la princesa Eugenia y su familia.