La princesa Leonor ha acaparado todas las miradas a lo largo de la jornada de la Fiesta Nacional. La hija mayor de los reyes llegaba a las 11 horas a la Plaza de Neptuno, en Madrid, para formar parte de la tribuna real durante el desfile militar propio del Día de la Hispanidad. La joven lo hacía vestida con el traje militar de gala tras superar su primer año en la Academia Militar de Zaragoza.
Después de dos años de ausencia en el Día de la Hispanidad por sus estudios en Gales, la princesa Leonor ha tenido el papel más importante en esta reaparición por ser miembro del ejército. La hija mayor de los reyes llegaba en un coche diferente al de sus padres, saludaba con un apretón de manos a las distintas personalidades presentes del Gobierno. También ha tenido un saludo y gesto de respeto para los representantes del Ejecutivo y mandos de las Fuerzas Armadas.
A lo largo de toda la jornada ha intercambiado distintos gestos de complicidad con sus padres, que se han mostrado muy pendientes de ella en todo momento. Pero especialmente Felipe ha querido que todo saliese a la perfección y ha tenido un gesto con su hija tras darse cuenta del descuido que ella ha protagonizado durante el saludo a los miembro del Gobierno.
Nada más bajarse del coche, la princesa de Asturias comenzaba a saludar con un aprentón de manos sin quitarse el guante color tierra con el que completaba su uniforme militar. Su padre, que se ha dado cuenta rápidamente de su descuido, no tardaba en comentárselo y tener un gesto con ella para que se lo quitase y siguiese saludando al resto de miembros del Gobierno que les esperaban a su llegada.
Al llevarlo en la mano para poder saludar al resto, a Leonor se le ha caído antes de subir a la Tribuna Real. Con gran naturalidad, la hija de Felipe y Sofía se agachaba a cogerlo bajo la atenta mirada de sus padres, que han estado todo el rato pendientes de ella.
Una vez terminado el desfile, los tres miembros de la casa real se han trasladado a palacio para presidir la recepción oficial con más de dos mil invitados. Debido a la cantidad de gente a la que esperaban, el besamanos estaba dividido en varias tandas con cinco minutos de descanso entre cada una de ellas. Justo antes de terminar la segunda, Leonor ha recibido una gran sorpresa al encontrarse con algunos de sus compañeros de la Academia Militar de Zaragoza, un momento que también ha provocado las expresiones de cariño de los reyes.