Charlene de Mónaco, doce años después de su boda: la evolución de la primera dama del Principado

Los rumores de crisis han rodeado a la pareja formada por Charlene y Alberto de Mónaco desde antes de casarse, algo a lo que ellos no siempre han podido permanecer ajenos, de hecho han llegado a tener que salir a desmentirlo en alguna ocasión. En julio celebraron su 12 aniversario de boda

Un enlace que, como es habitual en esta pareja, estuvo marcado por los rumores sobre la veracidad de su amor. Se dijo que Charlene había intentado huir, que se casaba obligada y, en muchas ocasiones, se referían a ella como la ‘princesa triste’, por sus gestos, pero también por las lágrimas que derramó a lo largo de la ceremonia. 

Charlene sabía que su relación con Alberto, heredero del Principado, su vida cambiaría por completo, pero puede que no supiera hasta qué punto esto la convertía en el centro de atención. Hasta el momento ella había estado centrada en su carrera deportiva, pero a partir del enlace, sus prioridades serían otras. 

La evolución de Charlene de Mónaco 

A lo largo de los últimos 12 años, la princesa Charlene ha cambiado notablemente y no solo en cuanto a su estilo. En sus primeras apariciones públicas, se mostraba ligeramente insegura, siempre a la sombra de Alberto, pero con el tiempo y la práctica fue encontrando su lugar, mostrando una cara cercana y profesional a partes iguales. 

Ahora no es raro que protagonice en solitario determinados eventos, ella tiene su propia agenda, aunque lo cierto es que en los últimos tiempos su salud no le ha permitido cumplir con ella como le gustaría. Tras pasar varios meses en Sudáfrica recuperándose de una infección que casi le cuesta la vida, regresó al Principado a seguir con su tratamiento. 

Su familia se ha convertido en su mejor refugio, tanto su marido y sus hijos como sus padres y hermanos, que no dudan en arroparla y apoyarla en esos momentos en los que todavía no puede estar al 100%. 

En cuanto a su imagen, también se ha podido observar una gran evolución en Charlene, que ha dejado claro a lo largo del tiempo que no le teme a los cambios. La conocimos con melena rubia y desde entonces, ha cambiado tanto el corte como el color de su cabello en varias ocasiones. 

Desde los tonos más oscuros a los rubios más platinos, ha lucido el pelo más largo, con un corte bob y completamente corto, con flequillo o sin él, con un peinado sencillo o con elaborados volúmenes. Parece que le gusta arriesgar, pero en los últimos tiempos ha optado por llevarlo corto y de un tono un poco más oscuro al que solía lucir tradicionalmente, apostando por los castaños. 

En su día a día suele escoger trajes de chaqueta, normalmente en colores claros, que le resultan muy favorecedores, pero también en tonos oscuros, en azul marino se siente especialmente cómoda. En las citas especiales, los vestidos suelen ser su elección, tanto los diseños lisos y sencillos, como otros más elaborados, cargados de brillos o con bordados, y suele dejar los brazos a la vista.