Hay amistades que son para toda la vida y ese parece ser el caso de la que mantienen desde que se conocieron por primera vez la reina Sofía y la reina viuda Noor de Jordania. Dos mujeres en diferentes momentos vitales que supieron ver sus semejanzas y forjar un vínculo que el tiempo ha ido fortificando.
Han estado siempre ahí, la una para la otra, durante los momentos buenos, pero también en los más difíciles, como cuando Noor quedó viuda en 1999.
“La reina Sofía ha sido una verdadera hermana y amiga durante todos estos años. La quiero mucho, de una manera entrañable”, decía Noor durante un reportaje concedido a Vanity Fair para conmemorar sus 60 años de vida. También en 2010, en la Conferencia Global Zero, la definió como “una luchadora apasionada que comprende y apoya cualquier modo de preservar la vida”.
No siempre resulta sencillo encontrar a alguien con quien sientas una conexión especial desde el principio, pero eso fue lo que sucedió cuando el camino de doña Sofía se cruzó con el de Noor, una joven que a los 27 años había renunciado a su nacionalidad estadounidense, su religión y su nombre por amor. Lisa Halaby abrazó la religión islámica para casarse con el rey Hussein, ella fue su cuarta esposa.
Es precisamente a través del rey Hussein y de la estrecha amistad que siempre le unió con don Juan Carlos cómo ambas mujeres comenzaron a coincidir y descubrir que podían ser grandes amigas porque, a pesar de que por aquella época doña Sofía ya había cumplido los 40, tenían muchas cosas en común.
Doña Sofía encontró en la Noor a una estupenda y brillante interlocutora, alguien con quien poder intercambiar ideas, alguien que acababa de acceder al trono, lugar que la reina había ocupado poco tiempo antes. Sus vidas habían sido muy diferentes, Halavy estudió arquitectura en Princeton y, antes de casarse, trabajaba en la ampliación del aeropuerto de Aman, doña Sofía es considerada la última reina de sangre azul.
Su relación fue estrechándose al amparo de la amistad de sus maridos, pero fue el fallecimiento del rey Hussein lo que la selló para siempre. Ese verano, Noor acudió como invitada de doña Sofía para pasar unos días con sus hijas a Marivent, cita que se ha repetido más veces en años posteriores.
La Reina ha estado al lado de Noor a lo largo de los años siguientes, cuando tuvo que dar un paso a un lado para dejar que Rania, esposa de Abdalá, encontrara su lugar en la corte. También cuando el nuevo rey decidió que su hijo fuera su heredero, dejando fuera de la línea de sucesión al trono al hijo de Noor, el príncipe Hamzah, al que se acusó de traición.
Noor fue una de las invitadas al concierto en el Teatro Real celebrado por el 80 cumpleaños de la reina Sofía, también acudió al funeral del rey Constantino de Grecia. Ambas comparten su amor por la familia, pero también su compromiso con las causas solidarias.