La relación de Carlos y Camila ha estado marcada por el escándalo y la polémica casi desde el principio. Tanto es así que pocos podían adivinar que acabaría así, con ellos felices, enamorados, casados y convertidos en reyes de Inglaterra. Título que contra todo pronóstico comparten, algo que el duque de Edimburgo nunca logró.
Durante años, Camila fue una de las mujeres más odiadas de Gran Bretaña, principalmente por el gran cariño que los británicos han sentido siempre por Diana de Gales, la tercera en discordia a pesar de ser la mujer oficial del actual rey Carlos III.
Todo comenzaba en 1970, cuando una amiga común, Lucía Santa Cruz, les presentaba; Carlos tenía 22 años y Camila Shand, su nombre de soltera, 24. Dicen que la historia tiende a repetirse y en este caso bien podría ser cierto, al presentarles, destacaron que la bisabuela de Camila fue amante de Eduardo VII.
La pareja comenzaría una relación intermitente que se consolidó con el tiempo, pero siempre se rumoreó que Camila continuaba enamorada de Andrew Parker Bowles, a quien se podía ver del brazo de distintas mujeres. En 1973, Carlos se embarca en una gira con la marina real y durante el tiempo que está en alta mar, se anuncia el compromiso de Camila con Andrew. Se casarían en julio de 1973 y juntos tuvieron dos hijos, Tom y Laura.
En 1977, Carlos conoce a Diana Spencer y en 1981 anuncian su compromiso. Camila fue una de las invitadas al evento, durante todo ese tiempo, Camila sigue estando muy presente en sus vidas, convertida en la mejor confidente de Carlos. Los príncipes de Gales también tuvieron dos hijos durante su matrimonio, Guillermo y Harry.
Según una biografía autorizada del rey Carlos, Prince of Wales, de Jonathan Dimbleby, el romance de Carlos y Camila comenzaría en 1986, un secreto a voces que todo el mundo conocería, incluyendo la propia Diana, para quien esto fue un duro golpe. En 1992, Diana y Carlos deciden separase y, dos años después, Camila y Andrew hacen lo propio, un divorcio que sería efectivo un año más tarde, en 1995.
La pareja parecía tener vía libre para vivir su amor, pero en 1997 Diana de Gales fallecía en un trágico accidente de tráfico. Esto conmocionaba al mundo y la imagen de la corona británica atravesó su peor momento de popularidad. Se llegó a especular con la posibilidad de que el accidente había sido un asesinato orquestado por ellos porque se había convertido en una figura molesta para ellos. Evidentemente, nunca hubo pruebas que sostuvieran estas teorías.
Carlos decidió centrarse en sus hijos y dejar que su relación pasara a un segundo plano. De este modo lo mantuvieron de nuevo en secreto hasta 1999, cuando aparecieron juntos en el cumpleaños de la hermana de Camila.
No fue una tarea sencilla, pero poco a poco, la duquesa de Cornualles se fue ganando el cariño del pueblo británico, que la recibió con los brazos abiertos cuando la pareja decidía casarse en 2005, un paso que les costó décadas dar, pero con el que fortalecían un vínculo que, 18 años después, sigue estando tan vivo como siempre.