Todos los detalles que giran alrededor de una boda están llenos de momentos para recordar, pero si hay uno que está cargado de simbología, ese es el día de la pedida. El anillo que sella el compromiso de la pareja se convierte desde ese momento en una de las joyas más especiales y queridas para cualquier novia, incluso cuando hablamos de la realeza.
Más allá de su simbología y del valor sentimental que sin duda va a tener a lo largo de toda la vida, los anillos de pedida de las royals suelen destacar por su precio y por la espectacularidad de sus diseños.
Algunos de los más especiales cuentan historias familiares, como el de Kate Middleton o el de Camila Parker, otros tienen detrás una curiosa leyenda, como el de Grace Kelly, o son reflejo del compromiso con el país y este es el caso de los anillos de Maxima Zorreguieta y Mary de Dinamarca. Así son los anillos de pedida más espectaculares de la realeza.
El anillo con el que Rainiero de Mónaco pidió matrimonio a Grace Kelly fue descrito por ‘The Philadelphia Inquirer’ como una pieza que representaba los colores de la bandera de Mónaco: “el Príncipe había ordenado confeccionarlo a partir de dos reliquias familiares, en la forma de un anillo de diamantes entrelazado con uno de rubíes”.
Pero este no es el que pasó a la historia, sino una sortija de Cartier engarzada en platino, con un enorme diamante central talla esmeralda y dos diamantes talla baguette a ambos lados de la piedra central.
Por exigencias del guion, donde el personaje de Tracy Lord debe lucir un anillo con un gran diamante, este segundo anillo de compromiso apareció en “Alta Sociedad”, la última película que grabó la actriz en Hollywood y según cuentan, ella misma explicó a la columnista Louella Parsons que su prometido había encargado este segundo modelo y “ahora puedo usar mi anillo de compromiso real”.
La reina Sofía sigue usando, aunque de manera intermitente, el anillo con el que el rey consorte selló su compromiso en 1961. Se trata de un anillo de oro con un diamante central flanqueado por dos rubíes que, según han narrado los protagonistas, el día en el que el rey le pidió matrimonio, lanzó el anillo dentro de una cajita para que ella lo cogiera al vuelo. Numerosos medios han encontrado un vínculo entre el uso intermitente que de este anillo hace la reina consorte con el estado en que se encuentre su relación con Juan Carlos I.
Willem-Alexander y Maxima Zorreguieta se conocieron en la feria de Sevilla y sellaron su compromiso en una pista de patinaje sobre hielo con un anillo de la joyería holandesa Steltman, una pieza muy particular en la que destaca un diamante naranja, que simboliza la Casa de Orange, de talla ovalada en el centro, con dos diamantes blancos de talla esmeralda engarzados sobre dos aros de platino con hileras de brillantes.
Una de las joyas con más valor sentimental es la que el príncipe Guillermo regaló a Kate Middleton el día en que se hizo oficial su compromiso. Se trata del mismo anillo con el que el su padre pidió matrimonio a Lady Di, un anillo en el destaca un zafiro de Ceilán rodeado por 14 diamantes, que la novia ajustó a su talla con varias cuentas de platino en su interior haciendo que aumentara su valor.
Otra joya que ha pasado a la historia es el anillo de su cuñada, Meghan Markle, un diseño creado por el príncipe Harry que cuenta con tres diamantes de talla redonda. El más grande, el central, procede de Botsuana y está flanqueado por otros dos más pequeños que fueron recuperados del joyero personal de Diana de Gales.
El anillo de pedida con el que Carlos de Inglaterra selló su compromiso con Camila es una joya que perteneció a Isabel Bowes-Lyon, su abuela materna que cuenta con un gran diamante central talla esmeralda flanqueado a ambos lados por dos diamantes talla baguette.
El anillo de compromiso que Federico de Dinamarca regaló a Mary Donaldson tiene los colores de la bandera danesa y cuenta con un diamante blanco de talla esmeralda entre dos rubíes que pertenecieron a su abuela, la reina Ingrid. Al diseño original se añadieron posteriormente dos diamantes de talla baguette con idea de simbolizar el nacimiento de los hijos de ambos.
Charlene Wittstock recibió de Alberto de Mónaco un anillo de Repossi, una firma de joyería íntimamente vinculada al principado y a los miembros de la familia Grimaldi. Se trata de una sortija de oro gris con un diamante central en forma de pera, rodeado de diamantes, que aparece y desparece de la mano de Charlene según el momento que atraviesen las relaciones con su marido.
Hace años que Letizia guardó su anillo de pedida en un joyero del que no ha vuelto a salir. Su anillo de compromiso es un aro de oro blanco con diamantes baguette comprado en la joyería Suárez que, según contaron en su libro los periodistas Esteban Urreiztieta y Eduardo Inda, fue pagada por Iñaki Urdangarin y aunque días más tarde el rey Felipe quiso zanjar la deuda con su cuñado, se negó en rotundo a cobrar el importe que había pagado.