La relación entre Daniel Ducruet y Estefanía de Mónaco tenía todo para pasar a la historia, y lo hizo, pero no de la manera que se esperaba. Ella se casaba con quien había sido escolta de su hermano y lo hacía en contra de los deseos de su familia.
En los años 90, Estefanía probó suerte en el mundo de la moda y también en la música. En 1991, gracias a su disco Stephanie, comenzó una gira y pidió que Ducruet fuera su guardaespaldas. Él había llegado a Mónaco un tiempo antes, con la intención de ser policía, pero mientras tanto había estado trabajando para el equipo de seguridad de los Grimaldi.
Su historia de amor estuvo marcada por el escándalo desde el primer momento, no por los orígenes plebeyos de él, sino porque casi al mismo tiempo que sucedía todo esto, se conoció que Marina Malbouvier, novia oficial de Daniel, estaba embarazada. El destino quiso que Estefanía también se quedara embarazada y Daniel le pidió matrimonio.
No se casaron en ese momento, de hecho, Rainiero le quitó la paga que Estefanía recibía y la apartó de los actos oficiales del Principado. Louis nacía en el 92 y Pauline en el 94. El tiempo -y la mentalidad de la época- hizo que Rainiero se replanteara la situación y dio su aprobación a la pareja, que se casaba en julio del 95.
Como hemos señalado, fue una relación que pasó a la historia, pero no por los momentos buenos, sino por el escándalo que Ducuret protagonizaría meses después de la boda, en agosto del 96, al ser fotografiado en la piscina de la casa de unos amigos siendo infiel a su esposa con una bailarina exótica a la que había conocido en un circuito automovilístico belga. Se dijo en su momento que le habían tendido una trampa, pero el daño ya estaba hecho.
La pareja se rompía, pero mantenía una relación cordial por el bien de sus dos hijos. Llegaron a un acuerdo económico muy favorable para Daniel, quien, a pesar de ello, siguió concediendo entrevistas hablando sobre lo sucedido, publicó un libro sobre el tema y probó suerte en el mundo de la música, sacando dos discos.
Actualmente, Daniel permanece alejado del mundo de la farándula, y sigue manteniendo una relación cordial con quien fuera su esposa. Tras un largo noviazgo, en 2018 se casaba con su pareja, Kelly Marie Lancien, un enlace al que acudieron sus dos hijos mayores, de hecho fue Pauline quien dio buena cuenta de la ceremonia en sus redes sociales, pero también la hija que la pareja tiene en común, Linoué.
Ella es directora de recursos humanos de una empresa de la Costa Azul de origen bretón y Daniel es gerente de Monadesco, una empresa de reformas y decoración, en la que también es socio su hijo Louis, tal y como recoge la revista Hola. “Seguimos siendo una familia. Aunque los niños son mayores, seguimos celebrando los cumpleaños juntos”, dijo Daniel hace años en la revista Gala, explicando que eso para él es todo un orgullo.