Para el rey Felipe VI, ser nombrado padrino es algo importante, un papel que se toma muy en serio y, aunque en algunas ocasiones no haya podido acudir al bautizo de sus ahijados, siempre (o casi siempre) intenta estar en los momentos importantes, incluso organizando una visita por sorpresa cuando alguno de ellos se ha casado.
Aunque pueda resultar sorprendente, no todos ellos tienen sangre azul, ni siquiera son todos conocidos, pero todos han sido o son importantes en la vida del Rey.
Don Felipe ejerció como padrino por primera vez cuando todavía era un adolescente, tenía 15 años cuando le pidieron ser padrino de Ernest de Hannover, el primogénito de Ernesto de Hannover, primo de la reina Sofía. Su relación actual con Ernest no es demasiado cercana, de hecho el Rey no acudió a ninguno de sus enlaces con Ekaterina.
Hace poco se podía ver cómo el Rey acudía por sorpresa y sin doña Letizia a la boda de Felipe López, un joven asturiano anónimo del que don Felipe es también padrino. “Me pregunta por mis notas, por mi vida en Madrid, por la Universidad... Me llama por teléfono por mi cumpleaños y charlamos un rato. Lo veo cada año en audiencia privada”, dijo a Vanity Fair hace años.
El entonces príncipe de Asturias aceptó apadrinarle durante su visita a San Esteban de Cuñaba en la primera edición del Premio Pueblo Ejemplar. Un pueblo de unos 30 habitantes que llevaba tiempo sin dar la bienvenida a un bebé, pero que en ese momento esperaba el nacimiento de este pequeño, al que cambiaron el nombre cuando don Felipe aceptó ser el padrino.
No es tan sorprendente su historia con Martina Jáurenes, otra de sus ahijadas, quien es hija de uno de sus mejores amigos, sin embargo, también sorprendió verle hablar con ella hace unos años, de un modo muy animado y cercano de barco a barco. Todo quedó explicado cuando se supo quién era la joven.
Tampoco tiene sangre real el hijo mayor de Álvaro Fuster, gran amigo del Rey y a quien no dudó en apadrinar.
Don Felipe es también padrino de Constantino, el segundo de los hijos de Pablo de Grecia y Marie Chantal, con quienes siempre ha tenido una excelente relación. En el año 2000 apadrinó a María, hija de Simoneta Gómez-Acebo y José Miguel Fernández-Sastrón, y a Sofía, hija de Konstantin de Bulgaria y María García de la Rasilla.
Un año más tarde convirtió a Victoria Federica en su ahijada, algo que también hizo con Miguel, el hijo de Cristina e Iñaki Urdangarin. En 2005 también se convirtió en el padrino del hijo mayor de Beltrán Gómez-Acebo y Laura Ponte, Luis.
No pudo asistir al bautizo de Ingrid Alexandra de Noruega, futura heredera al trono, pero no dudó en acudir a su confirmación. También es padrino de Vincent, uno de los hijos pequeños de Federico de Dinamarca. Sí que pudo acudir al bautizo de Isabelle de Orleans, en 2012, una ceremonia muy íntima y con pocos invitados.