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Pablo Urdangarin atraviesa un buen momento. Su carrera deportiva parece que va en ascenso y gracias a ello se ha podido comprobar que su vida personal también marcha viento en popa.
No es raro ver en las gradas sentada a su familia, que no duda en animar sus logros en la pista. Una familia que, a pesar del divorcio de sus padres, parece que no deja de crecer porque cada vez está más unido a la familia de su novia, Johanna Zott. Todos juntos animan las mejores jugadas del equipo de Pablo, al que no dejan de aplaudir.
Los padres de Pablo, por separado, suelen ir a verle jugar, algo habitual, no solo por ser sus progenitores, también porque ambos son muy aficionados al balonmano de hecho, esta profesión que el joven ha escogido era la de su padre antes de ser duque de Palma, Iñaki jugó en el FC Barcelona, con el que obtuvo seis Copas de Europa y diez Ligas Asobal; además, también consiguió con la selección española dos medallas de bronce, una en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y otra Sidney 2000.
La distancia no parece haber hecho mella en esta pareja, que se ve siempre que puede, sin importar si es en una reunión familiar -como el cumpleaños de don Juan Carlos en Abu Dabi- o en una cita deportiva, porque Johanna es también una gran aficionada al deporte, ella juega al voleibol en el equipo Voley Esplugues, de categoría Senior B. Durante un cuatrimestre, Johanna ha estado viviendo en el extranjero, disfrutando de una beca Erasmus que le permitió estudiar en Múnich. Zott estudia Medicina, profesión que comparte con su madre.
Estos encuentros familiares deportivos han servido para poner de manifiesto que la relación de los jóvenes de 22 años va viento en popa, pero también lo hace la relación familiar entre todos ellos. Se ha podido ver a Johanna completamente integrada con la familia de Pablo, charlando animadamente con su madre o con su hermana Irene, pero él no se queda atrás, mostrándose familiar y cordial con los padres y las hermanas de ella.
Los Zott, Chris y Elena Sophie, son padres de cuatro hijas, a las que han inculcado la importancia de una buena educación. Todas tienen rasgos comunes, son altas y de cabello rubio, pero también sus personalidades son afines, todas ellas son divertidas, pero responsables y parecen llevarse bien entre ellas.
El matrimonio llegó hace unos años a España desde Francia, donde trabajaba antes el padre como profesor universitario, según recoge Vanitatis. Ahora es profesor en una prestigiosa escuela de negocios de Barcelona. Johanna, como señalábamos antes, estudia Medicina y hace prácticas en un hospital universitario, siguiendo así los pasos de su madre, que ejerce la medicina.
A la familia también se suma un perrito blanco y negro, al que Pablo no ha dudado en sacar a pasear siempre que ha tenido que hacerlo, y un conejo enano, que hace poco que las hermanas han acogido en su gran familia.