Siguiendo los pasos de su hermana, la infanta Sofía se encuentra cursando el bachillerato internacional en un internado de Gales. Sigue sus pasos, pero no llegan a coincidir, porque la diferencia de edad entre ellas es escasa, pero la suficiente para que en lugar de compartir espacio, se den el relevo. Leonor finalizó sus estudios y el curso siguiente los empezaba Sofía.
Esto quiere decir que, si el año pasado celebrábamos la mayoría de edad de la princesa de Asturias asistiendo a la jura de la Constitución por parte de la joven, en 2024 podremos celebrar cómo su hermana cumple los 17, todavía un poco alejada de la posibilidad de sacarse el carnet de conducir, algo que su hermana sí que está haciendo.
A pesar de las muchas similitudes entre las hermanas, también hay notables diferencias, sobre todo de carácter, siendo Sofía más abierta y mostrándose más natural y relajada, tal vez consciente de que sus responsabilidades para con la corona son diferentes. Lo que no cambia es el cariño y el respeto que ambas siempre muestran hacia sus padres, algo que se puede ver siempre que coinciden con ellos en público.
Siempre conscientes de que muchas cámaras graban cada interacción entre ellos, no es demasiado habitual que los monarcas se salgan del protocolo, pero esto cambia cuando sus hijas están involucradas. El amor que sienten por ellas se nota en sus miradas y también en los gestos y que les dedican, sin importar quién esté mirando.
Siempre son muy comentados los gestos que desvelan la complicidad entre las hermanas, tanto cuando Leonor da un paso al frente y Sofía no puede ocultar su orgullo, como cuando la infanta ve a su hermana azorada por algo y trata de evitar la sonrisa, entre ellas hay una gran química, pero esta también existe con sus padres y el paso del tiempo la ha hecho más evidente.
El vídeo que se hizo público por el 50 cumpleaños del monarca era ejemplo de todo esto, desde la naturalidad de Leonor al quemarse con la sopa, hasta la reacción de su hermana, que en ese momento no se escondió para reírse de la situación. Sin embargo, también se mostró el cariño que tienen a sus padres, por ejemplo, durante la grabación del discurso de Navidad, acudían a abrazar a su padre y este les advertía que “nada de besos”, dejando claro que es así como se saludan habitualmente.
Durante los Premios Princesa de Asturias 2023, al visitar el pueblo ejemplar, Sofía tenía un gesto de complicidad con su padre, al agarrarle del brazo en una suerte de abrazo. Este no pasó desapercibido, ni por los presentes, ni por el monarca, que al sentir el contacto de su hija se giraba sutilmente por si necesitaba algo, relajándose al ver que solo era un gesto de cariño.
Una complicidad entre padre e hija que también se había podido ver ese mismo verano, cuando al preguntar al monarca por sus recuerdos en Marivent, con motivo de los 50 años de la residencia estival, este respondía que tenía grandes recuerdos de cuando era pequeño, algo a lo que su hija respondía con una mirada de asombro y una amplia sonrisa, con la que dejaba claro que la respuesta de su padre le había sorprendido y que tal vez se quedaba con las ganas de bromear sobre este detalle.
El tiempo no ha enfriado la relación entre las jóvenes y sus padres, colándose siempre que tienen ocasión en el armario de su madre. En situaciones especiales, parece que confían plenamente en el gusto de su madre, pues no es raro que luzcan alguna de sus prendas o joyas. Juntas viajaron Letizia y Sofía a Australia para ver la final del Mundial de Fútbol Femenino, que finalmente ganó España, un plan madre e hija en la que ambas mostraron su ilusión por poder vivir juntas ese gran momento.
Tampoco los Reyes ocultaron su orgullo al despedir a Sofía antes de que pusiera rumbo a Gales, las imágenes hablan por sí solas y fue un momento muy emotivo que todos afrontaron de la mejor manera, incluido Jan, el perro de la infanta.