Hoy ha sido un día importante para la princesa de Asturias, que ha celebrado su día más grande en Zaragoza desde que hace ocho meses ingresara en la Academia General Militar de Zaragoza para comenzar su formación como dama cadete. La hija mayor de los reyes Felipe y Letizia ha vuelto a sentir el cariño de los zaragozanos en una jornada en la que ha recibido las principales distinciones de Aragón. Una jornada en la que la heredera al trono ha dedicado a los aragoneses un emotivo discurso en el que ha agradecido el cariño que ha recibido a lo largo de estos meses y ha hablado de su experiencia en la Academia. Dale al play para escuchar las palabras de la princesa.
El primer compromiso ha sido a las 10:30 horas de la mañana en el palacio de la Aljafería, sede las Cortes de Aragón. Allí, en el patio de San Martín, ha saludado a los miembros de la Mesa y de la Junta de Portavoces y a los expresidentes de la institución para acto seguido, en el patio de Santa Isabel, como marta la tradición, se ha leído el acuerdo y se le ha entregado la medalla de las Cortes de Aragón. Una distinción con la que el pueblo aragonés le muestra su cariño y reconocimiento y que supone un "recuerdo imperecedero de un periodo relevante" de esta etapa que ha vivido en la Comunidad. Inmediatamente después, la heredera al trono de España se ha dirigido al Salón del Trono de los Reyes Católicos donde ha firmado en libro de oro de las Cortes.
Tras su paso por el palacio de la Aljafería, la princesa Leonor se ha dirigido al Ayuntamiento de Zaragoza, donde ha sido recibida por la alcaldesa de la ciudad, Natalia Chueca, y la corporación municipal. Nada más llegar a la casa consistorial ha firmado el libro de oro y justo después ha tenido lugar la ceremonia en la que ha sido nombrada Hija Adoptiva de la ciudad. Un título que deja constancia también del afecto que sienten los aragoneses por la futura reina.
Finalizado el acto en el Ayuntamiento, la princesa Leonor, que ha optado por un moño trenzado en esta jornada, ha salido a la plaza del Pilar y ha hecho a pie los 200 metros hasta la catedral de la Seo. Un recorrido que ya en su día hacían los monarcas aragoneses cuando eran coronados y en el que ha sentido el cariño de los vecinos de Zaragoza. En el interior de la catedral la han recibido los 350 invitados al acto y la princesa ha entrado con la marcha de Juan II, la misma que suena el Día de San Jorge.
Ya en el interior ha tenido lugar el acto en el que la heredera ha recibido la Medalla de Aragón, una distinción que es concedida por el Ejecutivo autonómico en reconocimiento a su especial sensibilidad por la Comunidad durante su formación en la Academia General Militar y que ha sido entregada por Jorge Azcón Navarro, presidente de la Comunidad.
Tras la entrega de la Medalla, la princesa se ha dirigido a todos los aragoneses en un emotivo discurso en el que ha agradecido el cariño que ha recibido a lo largo de estos meses y, en especial, en esta jornada en la que también ha tenido una mención a su padre, quien antes de su ingreso en la Academia militar compartió con ella su experiencia personal. "Les confieso que cuando llegué a Zaragoza el pasado 17 de agosto venía con muchas expectativas, en parte por todo lo que me había contado mi padre, aunque también sabía que algunas etapas no serían fáciles. Aterricé en la Academia General Militar con ilusión y muchas ganas de aprender y conocer tanto a mis compañeras y compañeros de promoción, como de las otras promociones con las que he compartido este año", ha comenzado diciendo la heredera, que ha asegurado que seguir los pasos de su padre significa mucho para ella.
A punto de finalizar su formación en Zaragoza, la princesa de Asturias ha reconocido que estos meses la han marcado y que siempre recordará todo lo que ha vivido con sus compañeros. "Les puedo decir que lo que he vivido aquí supera con creces lo que pensaba hace diez meses. En Zaragoza, en Aragón, me he sentido en casa, acogida y acompañada en una tierra que siempre formará parte de mi vida. Quedan sólo cinco semanas para que me vaya, para que reciba mi despacho de alférez, y ya empiezo a echaros de menos".
Además, Leonor ha comentado lo que ha supuesto el paso por la Academia. "No sólo me he formado como cadete, sino que descubrir la exigencia académica e intelectual, física y técnica que eso significa, me hace apreciar aún más al Ejército de Tierra y a nuestras Fuerzas Armadas", ha dicho la princesa, que ha dedicado unas emotivas palabras a sus compañeros, con os que ha forjado un estrecho vínculo. "Aquí he conocido a jóvenes de mi generación y he convivido con ellos. Les aseguro que lo que vivimos mientras nos formamos en la Academia nos une para siempre y nos hace madurar y crecer gracias al compañerismo, a la guía de mandos y profesores y a todas las personas de la Academia que nos impulsan para seguir avanzando y mejorando. Aquí hemos jurado bandera, aquí hemos superado momentos que requerían esfuerzo y un gran trabajo de equipo, aquí hemos disfrutado y sufrido juntos y, sobre todo, aquí hemos aprendido mucho.
Para terminar, la princesa ha querido dar las gracias al pueblo aragonés por todo el apoyo que le han brindado en estos meses. "He sentido el respeto y la amabilidad de los aragoneses que, además, me están acompañando en esta mañana tan importante para mí. Su apoyo ha sido y está siendo continuo. Estoy muy agradecida por lo que he vivido aquí durante este tiempo, por todo lo que me ha dado esta ciudad", ha dicho la princesa de Asturias. "Gracias Zaragoza. Gracias Aragón. Gracias a todos los que habéis hecho posible que en este tiempo me sienta una aragonesa más. ¡Gracias!"
Finalizada la ceremonia, en la que se ha escuchado el himno de la Comunidad y que ha finalizado con el himno de España, y después de que haya firmado el libro de oro de Aragón en la capilla de San Bernardo, la princesa de Asturias se ha trasladado al palacio arzobispal, donde tendrá lugar una recepción con cóctel.