Hacía tiempo que don Juan Carlos se planteaba la posibilidad de abdicar y dejar el trono en manos de su hijo y heredero, Felipe VI. Sin embargo, las circunstancias hicieron que esto acabara sucediendo más pronto que tarde, el 2 de junio de 2014, Mariano Rajoy (en aquel momento Presidente del Gobierno) confirmaba la noticia, que se hacía efectiva el 19 de junio del mismo año, al publicarse en el BOE.
Como decimos, esta era una decisión que se venía planteando desde hace tiempo, pero la situación del monarca hizo que todo se acelerara un poco. La imagen de don Juan Carlos no atravesaba su mejor momento y comenzaba a salpicar a la institución, por lo que se tomó la decisión de dar este paso, dejando que una nueva generación se convirtiera en imagen de la Casa Real. Daba comienzo el reinado de Felipe VI y Letizia.
A pesar de que era una decisión que se llevaba tiempo barajando, vino impulsada por hechos bastante concretos. No eran buenos tiempos para la Casa Real, que había tenido que afrontar la implicación de Cristina e Iñaki Urdangarin en el caso Nóos, motivo por el que se había apartado al exjugador de balonmano de los actos oficiales en 2011.
Un año después, en 2012, había tenido lugar la famosa cacería de Botswana, por la que el monarca tuvo que pedir disculpas públicamente: "Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir". La imagen del Rey pasaba por momentos bajos y su salud tampoco era la mejor.
Tuvo que someterse a una serie de operaciones, de las que no siempre es sencillo recuperarse, lo que dio lugar a situaciones un tanto dantescas, como durante la celebración de la Pascua Militar en enero de 2014, cuando apenas pudo pronunciar su discurso (motivo que, según recuerdan en RTVE, se achacó a la falta de luz en el atril). Poco importaban los motivos, reales o ficticios, don Juan Carlos dio una imagen de fragilidad que no favorecía a la institución.
Poco a poco se fueron sumando elementos que hicieron que parte de la población cambiara la imagen campechana que desde siempre se había tenido del monarca, quien sintió que perdía la confianza del pueblo y tomó la decisión de abdicar. Su plan inicial, según se ha podido saber con el tiempo, era anunciarlo en el discurso navideño de 2014 y que esto sucediera en algún momento de 2015.
No parecía demasiado buena idea dejar que pasara tanto tiempo y pronto comenzaron las reuniones que dieron paso a esta decisión. Encuentros que fueron llevados con la máxima discreción y en los que participaron don Felipe y doña Letizia, en aquel momento príncipes de Asturias. El 18 de junio de 2014, era el propio rey Juan Carlos quien sancionaba la ley orgánica de abdicación en una ceremonia solemne en el Palacio Real. Un día después sería proclamado Felipe VI como su sucesor.
Su abdicación no fue el final de las polémicas, de hecho en 2020 puso rumbo a Abu Dabi, donde actualmente reside, y solo regresa a España en momentos puntuales.