Buckingham es el palacio en el que viven los Reyes de Inglaterra, así lo aceptó Isabel II y así parece haberlo aceptado su hijo, el rey Carlos III.
Este es un lugar imponente, un palacio construido en 1703 por el duque de Buckingham y comprado por el rey Jorge III para convertirlo en su residencia privada. Ha sido bombardeado y remodelado, en este lugar pueden encontrarse algunas de las piezas de arte más espectaculares de la Colección Real… y también es un lugar un tanto inhóspito en el que los monarcas se resisten a vivir.
Así sucedió con Isabel II, a quien Churchill tuvo que ‘obligar’ a vivir allí. Hasta el momento y desde su matrimonio con el duque de Edimburgo, ella vivía en Clarence House, residencia que ocuparon Carlos y Camilla tras la muerte de la Reina madre. Isabel II vivía en Buckingham en los días laborables, pero pasaba sus fines de semana en Windsor y las vacaciones en su refugio de Balmoral.
Podría pensarse que es un capricho, pero parece que la reina Camilla no tiene demasiadas ganas de cambiar su residencia de cuatro pisos y completamente renovada en 2003, por la inmensidad de Buckingham, algo en lo que no está sola, su marido opina igual que ella y así lo ha hecho notar en algunas ocasiones, “no es adecuado para el mundo moderno”, filtró una fuente cercana a la pareja a The Sunday Times.
Lo cierto es que razón no les falta, pues en algunas ocasiones se ha considerado que este palacio se asemeja más a un museo que a una residencia como tal. A pesar de las muchas habitaciones que tiene, la parte destinada a vivienda de los monarcas es muy reducida, una habitación, un baño, una sala de estar y un recibidor.
Estas estancias son tan frías como el resto del edificio, imposible de calentar y cuyo gasto de calefacción es tan mayúsculo que a lo largo de los años los monarcas han intentado reducirlo, bajando la temperatura media e incluso apagándola en los fines de semana, cuando no están.
Algunas de las estancias del castillo pueden ser visitadas por el público y nada hace pensar que la decoración, solemne, atemporal y ‘pesada’, que llena estas habitaciones, sea diferente de la del resto de la vivienda, en la que la mayor parte de las estancias se usa como oficinas. Los monarcas tienen un pequeño espacio para ellos en el que no hay demasiada intimidad.
Tampoco sobran las comodidades para los visitantes, por ejemplo cuando estuvieron los Obama salió a la luz que no contaban con baño en la habitación y tenían que salir al pasillo para utilizarlo. También que la Reina no había conseguido librarse de uno de los mayores problemas del palacio, los ratones, plaga contra la que luchó ella, pero también su padre.
A pesar de todos estos inconvenientes, parece que la pareja real tiene intención de cumplir con la tradición, pero no inmediatamente. Por lo menos hasta 2027 el palacio estará en obras, una remodelación que puso en marcha Isabel II para modernizar los esenciales, como el cableado y las tuberías, y que está costando unos 400 millones de euros.
Este es otro de los motivos por los que los Reyes han anunciado su intención de vivir allí, el pueblo no parecía demasiado contento con la cantidad invertida si este lugar no va a ser su vivienda; no obstante, para ese momento, la pareja rondará ya los 80 años, por lo que habrá que esperar para ver si finalmente se mudan a Buckingham.