Alejandra de Hannover es la hija pequeña de Carolina de Mónaco, la única que tuvo fruto de su matrimonio con Ernesto de Hannover. Una joven discreta que ha sabido mantenerse al margen de todo tipo de polémicas relacionadas con su familia, sobre todo con las adicciones a las que su padre ha tenido que hacer frente y que le han convertido en protagonista de sonados escándalos.
Se dice de ella que tiene una relación muy cerca con su madre y no tanto con su padre, de quien parece estar distanciada. Poco dada a hacer apariciones públicas, la vida de Alejandra se ha desarrollado al margen de los medios, por lo menos en la medida de lo posible, siendo quien es.
La pequeña de los Hannover estudió en la École de Condamine y después se trasladó a la Universidad de Nueva York, donde cursó sus estudios de Ciencias Políticas y Filosofía. Habla varios idiomas, le gusta la lectura, pasión que comparte con su hermana Carlota, y, sobre todo, es una gran amante del patinaje sobre hielo, disciplina donde ha llegado a competir y ganar.
“Admiro esa mezcla que tiene de componente artístico y de disciplina atlética, su nivel de exigencia”, explicó hace tiempo en una entrevista para la revista Telva. “Tenía, por supuesto, que aparecer cada día en los entrenamientos, pero había algo mejor; saber que nadie podía hacerlo por mí. Al deporte le da igual quién seas o de dónde procedas. Debes esforzarte igual que los demás”. A pesar de todo ello, también contó que su gran ilusión sería dedicarse a algo relacionado con el arte o la moda.
En lo personal también parece que la vida le sonríe, pues desde hace varios años comparte su vida con Ben Sylvester Strautmann, una relación que se confirmó en 2017, cuando ella todavía no había cumplido la mayoría de edad y él apenas tenía 19 años. Un joven amor que parecen haber sabido conservar a lo largo de los años y de las etapas de crecimiento personal y profesional por las que es habitual atravesar a esas edades.
Una de las primeras cosas que llama la atención sobre este joven es su altura, pues mide casi dos metros (1,96 metros para ser exactos), lo que hace que llame más la atención en los posados junto a Alejandra, ya habituales desde que una salida en común en la que fueron fotografiados ponía a esta pareja en el mapa. Nadie apostaba por este romance de juventud, pero parece que ellos han sabido consolidarlo.
Los padres de Ben son de origen alemán, pero se mudaron al principado cuando tenía 10 años. Joachim y Sabine se criaron en Bad Laer (en la Baja Sajonia) y allí lograron hacer una gran fortuna gracias al comercio de maquinaria agrícola. Después se adentraron en el sector de la banca, al que se dedica actualmente Strautmann, tras estudiar administración de empresas en el King’s College de Londres.
Durante su juventud quedó clara la pasión del joven por los deportes, de hecho jugó durante un tiempo al baloncesto, formando parte de la selección de Mónaco sub 18. También le gusta el atletismo y la música, formó parte de una banda junto a sus amigos.