La herencia que se llevarán la infanta Sofía y su hermana Leonor siempre ha sido objeto de debate, y es que muchos quieren saber cuánto y cómo se distribuirán la gran cantidad de propiedades que tiene en su poder la familia real.
Una de ellas, el palacete de Balada, podría pasar a manos de la hija de los reyes antes de lo esperado. El emblemático edificio de más de 555 metros, y que está deshabitado, pertenece "a los nietos de Don Juan Carlos".
De ahí, que hasta el momento, el inmueble no se haya empleado con ningún fin, ni siquiera para reuniones sociales. Es más, si se ha mantenido en perfecto estado gracias a los cuidados de una empresa. Y no será hasta que la infanta Sofía (en abril de 2025) cumpla la mayoría de edad, cuando por fin se decida el futuro del famoso palacete.
"Hay que esperar al próximo año", aseguraba el propio rey Felipe al diario Menorca cuando le preguntaban al respecto durante la recepción que ofrecía el pasado lunes en los jardines del Palacio de Marivent. Es más, será a la infanta junto al resto de sus primos a los que les toque decidir que pasará con la propiedad, y si deciden venderla o conservarla.
Cabe destacar que la casa ya se puso a la venta en 2017 por 1,5 millones de euros, aunque su futuro sigue pendiendo de un hilo. Pese a los intentos que se han hecho para convertirlo en centro de día para personas mayores o en vivienda tutelada, la decisión está en manos de la infanta Sofía, Irene Urdangarin, Victoria Federica y el resto nietos del emérito.
Aunque, eso sí, no podrán hacerlo hasta que todos cumplan los dieciocho o, en su defecto, cuenten con el consentimiento de sus padres. Lo curioso es que la infanta Sofía es la única menor de momento, por lo que necesitaría que Letizia y Felipe apruebe el trámite. Un proceso bastante complicado que les ha llevado a tomar tiempo y esperar hasta que la joven por fin sea mayor de edad.
Una fecha que llegará el próximo 29 de abril y que todos esperan con ansia, sobre todo para descubrir qué sucederá con esta inesperada herencia. En medio de la transparencia que los reyes tratan de mostrar con cada uno de sus trámites, seguramente nos mantendrán informados de la decisión final.
Además, el palacete no es el único inmueble que forma parte de esta cuantiosa herencia mallorquina, donde podemos cotar también diez viviendas, un garaje o un local.
Sin embargo, es el palacete de Balada el que más llama la atención, sobre todo por la historia que tiene detrás. De lo que no cabe duda, es de que aún con Don Juan Carlos en vida, sus nietos ya comienzan a discutir temas relacionados con la herencia.
Algo, que llega justo en medio de una etapa realmente decisiva para la joven, que debe decidir también si seguirá su camino en Gales o tomará otro rumbo. Al contrario que Leonor, la infanta Sofía tiene un poco más de libertad al no ser la heredera, aunque también debe atender sus obligaciones reales.