Kalina de Bulgaria y Kitín Muñoz han celebrado ya más de 20 años casados, un logro que no parece pesarles demasiado, pues parecen haber encontrado en el otro quien comparta sus ganas de aventura y de disfrutar de la vida. Tras pasar una larga temporada viviendo en Marruecos, donde tienen fuertes lazos y han pasado años muy felices, la pareja actualmente vive en Bulgaria, algo que parece hacer especialmente feliz a Kalina.
"Siempre he querido vivir aquí. Me casé en Bulgaria, tuve a mi hijo Simeón en Bulgaria, y ahora cumplo un sueño: vivir en Bulgaria", explicó en una entrevista para El Mundo. “Nuestro día a día es como el de cualquier familia”. Ella nunca antes había vivido en Bulgaria, pues en 1951, Simeón de Bulgaria tuvo que exiliarse junto a su familia en Madrid.
Tras pasar bastante tiempo alejada de la vida pública, ahora las circunstancias parecen haber hecho que, de nuevo, dé un paso al frente. Así sucedió durante el mes de mayo, cuando su padre, Simeón de Bulgaria, organizó un homenaje con motivo de la repatriación del cuerpo de Fernando I Bulgaria, primer zar de tras la Independencia del país del imperio Otomano.
Este regreso a la vida pública puso además en evidencia el gran cambio físico de Kalina, cuyo estilo de vida, alejado de lo que se espera que sea una princesa, siempre ha llamado la atención. En esta ocasión lo hizo por su físico musculado, pues parece haber comenzado a hacer ejercicio físico mientras cuida su alimentación.
Con Marruecos siente un vínculo especial, de hecho su hijo lleva como segundo nombre Hassan, en homenaje al recordado rey de Marruecos y padre de Mohamed VI. Allí también ha desarrollado su carrera como amazona. “He competido durante 15 años en Marruecos en campeonatos nacionales e internacionales, representando a Bulgaria”, comentaba en la misma entrevista. “La primera vez que vi la bandera de Bulgaria en una competición, porque yo era la única amazona búlgara, me llenó de orgullo”.
La pareja vivió 12 años en Rabat, donde se mudaron cuando su hijo acababa de celebrar su primer año de vida. Una etapa que decidieron dar por finalizada, con gran pena, para continuar con su vida en Bulgaria, algo que, como ya hemos visto, era prácticamente un sueño para Kalina, quien tampoco se desprende de su vínculo con España. Viven también muy unidos a Madrid, ciudad que la vio nacer.
Ahora puede estar más cerca de sus padres, el rey (aunque sin trono) Simeón II y Margarita Gómez-Acebo, quienes residen en el palacio de Vrana, la que había sido la residencia de la familia real búlgara hasta la abolición de la monarquía y que Simón recuperó hace unos años. Su vida ha estado marcada por muchas cosas, también por las ciudades que han sido importantes en su vida y entre las que divide su tiempo, sin olvidarse de los amigos que ha hecho tanto en Rabat, como en Madrid o Sofía.