De los pocos datos que trascienden con respecto a la vida privada de los distintos miembros de la familia real española, uno de ellos ha sido el de quiénes conforman sus respectivos círculos de amistades. Aunque las informaciones con respecto a cómo es su realidad más allá del rol institucional, cuáles son sus planes y aficiones, escasean, lo cierto es que en la crónica social siempre ha habido datos y detalles respecto a quiénes integran las pandillas del rey Felipe VI, la reina Letizia o los reyes Juan Carlos I y Sofía. Uno de esos clanes próximos a Zarzuela, los Villar Mir, están de actualidad estos días por la boda de Constanza Villar Mir. Repasamos cuáles son los vínculos entre ellos.
El enlace unirá a la empresaria, que tiene su propia empresa de repostería, con su novio Daniel tras varios años de relación. Tendrá lugar en Sevilla, con una espectacular preboda a las orillas del Guadalquivir y una celebración en la finca familiar conocida como Hacienda San Juan El Letrado, a las afueras de la capital andaluza. Constanza es la hija pequeña de Juan Villar Mir y, por tanto, nieta del conocido empresario y exvicepresidente del Gobierno Juan Miguel Villar Mir, fallecido este pasado mes de julio, por lo que a la boda se espera que acudan muchas caras conocidas.
El famoso magnate, fundador de OHL, decano de los constructores y con título de marqués, fue desde la década de los años ochenta en adelante uno de los empresarios más conocidos del país, con una destacadísima importancia en el sector inmobiliario. En lo personal, fue el patriarca de un clan amplio que ha generado interés mediático por su posición, teniendo, junto a su mujer, Silvia de Fuentes Bescós, a sus tres hijos: Juan, Silvia y Álvaro. Y el vínculo con la monarquía española se ha mantenido durante más de una generación.
"Mi relación personal con don Juan Carlos ha sido siempre la que correspondía al encuentro correcto de un jefe del Estado con un ciudadano honrado y trabajador", explicaba Villar Mir en el año 2020 a InfoLibre después de que este medio lanzase un reportaje sobre los "negocios oscuros" del rey emérito. Pero lo cierto es que el vínculo entre el empresario y el monarca tuvo una mayor intensidad de la que se deduce de estas palabras. Fue durante su etapa como vicepresidente económico y ministro de Hacienda en el primer gobierno bajo la monarquía cuando ambos comenzaron a entablar amistad, compartiendo aficiones como la navegación o el golf. En 2011, el emérito le otorgó el marquesado de Villar Mir, creado ex profeso para él.
La fuerte amistad se extendió a la siguiente generación. Así, Silvia Villar Mir, la hija menor del magnate, acabaría siendo íntima de las infantas Elena y Cristina. La relación se extendió también a los actuales reyes, Felipe VI y Letizia, de una manera curiosa: el ahora jefe de Estado conoció de joven a Javier López Madrid, el empresario con el que Silvia se acabaría casando en 1990.
Fue cuando ambos cursaban EGB, y la relación se mantuvo con el paso de los años, consolidándose cuando en su juventud coincidieron en un safari por Kenia. Según Informalia, durante el noviazgo de los entonces príncipes de Asturias se intensificó el vínculo con el matrimonio formado por Javier y Silvia, llegando a alojarse en varias ocasiones en su hogar. Fue allí, en su casa en la madrileña urbanización de Puerta del Hierro, donde acudía Letizia a practicar yoga a menudo, en compañía del matrimonio, bajo las directrices de una monitora.
Este detalle cobraría especial relevancia cuando se supo de la presunta vinculación de López Madrid en el caso de las tarjetas 'black' de Caja Madrid, por el que finalmente tuvo que abonar una multa. En 2016, elDiario.es filtró unos mensajes que Letizia había enviado al empresario, yerno de Villar Mir y tío político de Constanza, en los que mostraba su apoyo a su "compi yogui", una expresión que se viralizó entonces.