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Barcelona acogió ayer la tradicional gala de los Premios Planeta, que desde hace más de siete décadas destacan la mejor obra inédita en castellano. El evento, además de una celebración de las letras españolas, se ha convertido también en un punto de encuentro de caras conocidas, entre rostros del mundo editorial, periodístico, pero también institucional. La gala contó con la presencia de los reyes Felipe Vi y Letizia, que presidieron la misma y se convirtieron, con permiso de las ganadoras de los galardones, en centro de buena parte de las miradas. La pareja real protagonizó más de un momento cómico en público: uno de ellos, un espontáneo manotazo del monarca a su mujer, como señal de advertencia.
Setenta y cinco años de historia cumplen los premios que otorga la editorial Planeta, que este año, entre las mil setenta obras recibidas, ha galardonado a Paloma Sánchez-Garnica como ganadora con 'Victoria', y han dejado como finalista a Beatriz Serrano con 'Fuego en la garganta'. Unas horas antes de que se despejasen las principales incógnitas, hicieron su aparición los reyes, que dan apoyo en ediciones puntuales (generalmente, las que forman un número redondo, como este caso) a la que es considerada una de las citas más destacadas de las letras españolas.
Felipe y Letizia reaparecieron apenas unos días después de uno de sus grandes eventos anuales, el desfile del Día de la Hispanidad, pasado por agua y con más de una anécdota. Como suele ser habitual en este tipo de eventos, también ayer en el Museo Nacional de Arte de Cataluña los ojos se pusieron sobre ese tipo de gestos. Y la verdad es que en los premios Planeta 2024 hubo para elegir, entre el destacado look de la reina, ciertos errores de protocolo y alguna escena cómica. La principal, una protagonizado por la pareja real durante la gala, mientras estaban cenaban en una de las muchas meses de la Sala Oval del mencionado recinto.
Como se puede ver en la siguiente sucesión de imágenes, los monarcas, rodeados de otros asistentes y autoridades, estaban sentados durante la cena, que consistió en un menú de vichyssoise de pera con tartar de gamba roja, lubina con espinacas a la catalana y pastel de aniversario en tres capas. En un momento dado, se puede apreciar cómo Letizia, después de charlar con el resto de comensales, coge con su mano un cuchillo para disponerse a cortar una tarta presente en el centro de la mesa, volcándose ligeramente sobre la mesa, levantándose incluso la silla en la que está sentada. Cuando su marido aprecia el movimiento, decide hacerle un gesto para evitar que efectivamente corta el pastel, estirando su brazo izquierdo para dar un ligero golpe a la reina en su extremidad, como forma de atención, riéndose luego y abriendo los brazos, en señal de sorpresa.
No fue el único gesto espontáneo de la velada. Hubo también algún error de protocolo cuando Sánchez-Garnica recogió, emocionada, su reconocimiento, ya que inicialmente no había nadie para sujetarlo. Y lo mismo sucedió cuando la pareja accedió al escenario y Letizia se puso a la izquierda del jefe del Estado, cuando protocolariamente debe ser él quien sea saludado primero. Felipe VI tuvo que indicar a su esposa que se colocase a su derecha. Momentos después, la reina abandonó el escenario apresuradamente cuando remató el discurso del rey y el lugar comenzaba a llenarse de gente.
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