{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Poco antes de cumplir los 18 años, la manera de vestir de la princesa Leonor experimentó ciertos cambios evidentes en su estilo. Podía parecer que era la lógica evolución que experimenta cualquiera que deja atrás la niñez e incluso que empezaba a dejarse aconsejar por su madre y aunque ambas cosas seguramente sean ciertas, había algo más detrás de esta nueva manera de vestir.
El momento más evidente de su cambio coincidió con el de su graduación en el UWC Atlantic College de Gales, a la que acudió con un vestido tipo esmoquin de color fucsia con aberturas en las mangas, de la firma asturiana Apparentia que combinó con unas sandalias metalizadas de Mint & Rose.
Fueron precisamente Diana Martínez y Rebeca Bolado, las diseñadoras de Apparentia, quienes revelaron que Leonor estrenaba estilista para la ocasión, y explicaban todos los detalles en el programa de Ana Rosa. Según comentaban es Eva Fernández, quien se ocupa desde 2015 del armario de la reina Letizia, la que se había puesto en contacto con ellas: “enviamos el vestido que nos pidieron y nos dijeron que le había gustado mucho”. Sin duda, Eva Fernández llegó en un momento clave en la vida de la princesa, poco antes de cumplir la mayoría de edad que es cuando sus responsabilidades comenzaron a multiplicarse y su imagen pública empezó a adquirir mayor relevancia.
Lo cierto es que el giro de estilo de la princesa Leonor ha sido interesante desde el punto de vista de los expertos, porque con él ha conseguido transformar la imagen de cándida adolescente en el de una joven profesional capaz de asumir obligaciones.
Uno de los mayores retos de la estilista en la función que asumía para Leonor era el de no dejarse llevar por el trabajo que lleva años realizando para Letizia. Con sus conocimientos y experiencia ha sabido marcar de manera muy clara las diferencias no solo de edad, sino de estilo que hay entre madre e hija, porque lo fácil hubiera sido no hacerlo y repetir un patrón que en la princesa no hubiera funcionado.
Los trajes sastre se han convertido en el mejor recurso para la imagen de Leonor. No solo son una tendencia en alza, sino que eligiendo siempre este mismo formato evita que se hable más de su ropa que de ella o del papel que ostenta en cada acto público. Por otra parte, el patrón del traje de chaqueta es tan versátil que hay opciones para todas las edades, estilos y cuerpos de mujer, así que es un valor seguro. Por otra parte, las opciones de color se adaptan a cualquier circunstancia y a todo tipo de actos, del sobrio blanco al vibrante rojo o el elegante azul tinta.
En cuanto a los vestidos y las faldas, ahora los utiliza con menos frecuencia pero cuando recurre a ellos sus apuestas son algo más arriesgadas. Un conjunto lencero, un vestido con bajo asimétrico, un modelo de encaje con transparencias o una falda volumen, reflejan una nueva etapa en la vida de la princesa.
En lo que si repite patrón la estilista es en ese juego que funciona tan bien y que consiste en mezclar firmas de gama media como Hugo Boss o Adolfo Domínguez, con marcas low cost como Zara o Mango, así como pequeñas firmas españolas algo más desconocidas por el gran público y algunas joyas y prendas del armario de su madre.
En definitiva, con independencia de los gustos individuales, ha sabido dotar a la princesa Leonor de un estilo personal depurado, juvenil, sobrio y funcional, con looks adecuados para su edad y para el cargo que ostenta.
Tal vez la única pega reseñable es que pocas las elecciones de las que hemos visto hasta ahora encaja exactamente en la altura y el cuerpo atlético de Leonor. Talles demasiados altos, sisas excesivamente ajustadas, hombros muy estrechos, mangas de chaqueta un poco cortas, volúmenes poco acertados o solapas que se despegan del cuerpo prueban que aún se puede hacer un gran trabajo para mejorar.
Eva Fernández estudió diseño y publicidad en la Universidad San Pablo CEU y posteriormente se graduó en Diseño de Moda en IADE y en su trayectoria profesional destacan publicaciones como Cosmopolitan o Glamour. Conoció a la reina Letizia en el showroom de lujo ‘Muy Personal Comunicación’ que dirige Matías Rodríguez y en 2015 pasó a formar parte del equipo personal de la reina.
Después de casi 10 años tratando de manera directa a la reina y a la princesa, no es de extrañar que hayan decidido confiar su buen hacer como estilista para llevar la imagen personal de la princesa a otro nivel, un lugar en el que los trajes sastre parecen haber ganado terreno a los vestidos y los zapatos de tacón se han convertido en la norma.
Suscríbete a la newsletter de Divinity y recibirás toda la información de celebrities y corazón cada semana en tu mail