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Con los 19 años recién cumplidos (los hizo el 31 de octubre), Leonor de Borbón fue protagonista absoluta de los premios Princesa de Asturias, que tuvieron entre otros galardonados al cantautor Joan Manuel Serrat. Un día antes, la hija de los reyes de España recibió el título de Alcaldesa Honoraria de Oviedo, el mismo que recibió su padre 36 años atrás. Con motivo de dicho nombramiento, firmó en el libro de oro de la ciudad.
Con las siguientes palabras que mostramos en la foto de abajo inmortalizó un momento único, símbolo del vínculo que la une con esa ciudad, que además es la que vio nacer a su madre. Pero ¿qué se puede conocer de Leonor a través de su escritura? Sandra Cerro, una experta grafóloga, se detuvo a examinar la letra de la futura reina para saber qué revela esta acerca de la personalidad.
Sandra especifica que la de Leonor es una letra que aún sigue evolucionando, dada su edad, por lo que es posible que algunos de los rasgos de su forma de escribir desaparezcan o cambien. "Ha estado en un entorno muy protegido", explica, por lo que su letra puede parecer "algo más infantil" de lo que corresponde a su edad; ahora que "ha salido del nido" habrá que ver si esa escritura comienza a tener trazos más fluidos. Sandra advierte en esa letra que está "muy forzada", pero que está intentando "ser más espontánea, pero se controla".
A pesar del proceso de cambio de su letra, Sandra Cerro indica que se van atisbando algunos rasgos.
Lo que explica la experta es que su letra, muy vertical, sin apenas inclinación, muestra a una persona extremadamente sensible. Esa letra firme y redondeada habla de una emotividad alta, pero controlada. "La han educado muy bien para controlar las emociones", añade, y no dejarse llevar por sus impulsos.
También, continúa, se advierte a través de su letra que es una persona empática, compasiva y sensible, preocupada por su entorno y capaz de ponerse en la piel de otros ante sus problemas y necesidades.
Otro rasgo de la personalidad de Leonor que se puede inferir de su manera de escribir es su timidez. "Es bastante reservada, bastante introvertida", explica Sandra Cerro. "Mira más hacia dentro que hacia fuera, se trabaja mucho el interior".
Le cuesta, comenta la grafóloga, relacionarse con otros, pero también añade que "le falta soltarse un poquito, relacionarse muchísimo más y asumir responsabilidades en las que ella tenga que ser la protagonista". Seguramente, a medida que vaya adoptando un mayor protagonismo público, su letra evolucionará en ese mismo sentido.
Es una persona "muy mental, muy reflexiva", concede la experta, que necesita tenerlo todo bajo control, "atado y bien atado, como su padre". Esa prudencia la lleva a observar y captar lo que sucede a su alrededor antes de actuar.
También, añade, hay rasgos en su caligrafía que llevan a pensar que tiende a querer hacerlo todo a la perfección.
Sandra explica aquí que hay algunos rasgos hereditarios o imitados, y en el caso de Leonor, "la L es muy parecida a la L con la que firma su madre". Pero lo curioso es que también se parece enormemente a la firma de su abuelo paterno, el rey emérito: una J con la que, como ocurre con la L de Leonor, "marca el camino para el resto de la firma". Este tipo de iniciales que "acogen" al resto del nombre indica capacidad de previsión, de planificación.
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