El pasado viernes 17 de enero, la princesa Leonor embarcó en el buque escuela Juan Sebastián Elcano para dar inicio a una expedición que se extenderá hasta el próximo verano. Este viaje forma parte de su preparación como heredera al trono, una experiencia que combina formación marítima, responsabilidad institucional y convivencia con sus compañeros. La primera parada del recorrido fue Tenerife, donde la embarcación atracó en la dársena de los Llanos, permitiendo a la princesa disfrutar de tres días en la isla antes de continuar rumbo a Las Palmas de Gran Canaria.
Durante su estancia en Tenerife, Leonor tuvo la oportunidad de conocer algunos puntos emblemáticos de la isla y probar parte de su gastronomía, entre ellos podrían haber degustado los platos típicos que ofrecen, los conocidos guachinches. Uno de los momentos más comentados fue su visita a la tasca La Montería, un restaurante local donde compartió mesa con siete compañeros. Los propietarios del establecimiento destacaron su amabilidad y narraron cómo la heredera disfrutó de un almuerzo relajado. Sin embargo, también mencionaron la presencia constante de su equipo de seguridad, un grupo fundamental en cada aparición de la princesa. Pero, ¿cuál es el rol exacto de este equipo y por qué es indispensable?
El equipo de seguridad de la princesa Leonor cumple una función esencial en cada uno de sus desplazamientos, ya sea en actos oficiales o durante salidas más privadas. Como heredera al trono, su protección no solo se limita a garantizar su integridad física, sino también a preservar su imagen pública. Esto implica un control minucioso del entorno y de las personas con las que interactúa, así como la gestión de cualquier situación que pueda poner en riesgo su seguridad o reputación.
Según han contado fuentes cercanas a La Zarzuela a ‘Monarquía Confidencial’ explican en otras ocasiones que los integrantes de este equipo deben adaptarse a contextos muy diversos. Por ejemplo, durante su etapa en la Academia General Militar, la seguridad tuvo que intervenir para evitar la filtración de fotografías de la princesa en una discoteca del centro de Zaragoza. En situaciones más relajadas, como su visita a la tasca La Montería en Tenerife, su labor se enfocó en garantizar que Leonor pudiera disfrutar de su almuerzo sin interrupciones. Esto incluyó evitar que los asistentes la fotografiaran mientras comía, permitiendo las interacciones con el público solo al finalizar.
Así lo contaron los propietarios del restaurante: "Estaban los escoltas, trabajan para impedir que durante la comida se les acercaran. Durante la comida que nadie les molestara, que tuvieran un rato íntimo, y luego ya nos dejaron hacernos fotos".
El equipo también debe anticiparse a posibles imprevistos. Esto incluye coordinar con el personal local para establecer áreas seguras, supervisar los accesos y estar atentos a cualquier movimiento sospechoso. Aunque su trabajo puede pasar desapercibido, su presencia es fundamental para que Leonor pueda llevar una vida relativamente normal mientras cumple con sus responsabilidades institucionales.
La visita de Leonor a la tasca La Montería fue uno de los momentos más comentados de su paso por Tenerife. Los dueños del restaurante describieron el almuerzo como una experiencia única y contaron algunas anécdotas curiosas. Uno de los detalles más simpáticos fue cuando la cocinera se acercó a la mesa y le preguntó directamente si era la princesa. Leonor respondió con un enigmático "puede ser", una respuesta que dejó a todos con una sonrisa.
La combinación de profesionalismo por parte de su equipo y la actitud accesible de Leonor sigue marcando la diferencia en cada una de sus apariciones, reforzando su conexión con la ciudadanía mientras se prepara para su futuro como reina.
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