Este sábado, 8 de febrero, ha tenido lugar en Lisboa el funeral de Karim Aga Khan, el 49º Imán hereditario de los musulmanes chiitas ismaelíes nizaríes, descendiente directo del profeta Mahoma y considerado como uno de los hombres más ricos del mundo que fallecía hace cuatro días. Desde la rueda de prensa en la que el consultor senior del imanato ismaelita Naguib Kerat confirmaba cómo iba a ser el homenaje, explicaba que tenían previsto llevar a cabo “un evento privado” y sin la asistencia de un gran número de personas. El rey Juan Carlos, sin embargo, ha sido uno de los que ha querido viajar hasta la capital de Portugal para dar el último adiós al filántropo.
El pasado martes, 4 de febrero, fallecía a los 88 años de edad Karim al-Husayni según anunció Aga Khan Development Network en un comunicado en el que afirmaban que, en el momento de su deceso, estaba “rodeado de su familia y pacíficamente”: "Los dirigentes y el personal de la Red de Desarrollo Aga Khan ofrecen sus condolencias a la familia de su alteza y a la comunidad ismailí de todo el mundo. Al tiempo que honramos el legado de nuestro fundador, el príncipe Karim Aga Khan, seguimos trabajando con nuestros socios para mejorar la calidad de vida de las personas y las comunidades de todo el mundo, como él deseaba, independientemente de sus afiliaciones u orígenes religiosos", explicaba el escrito.
Cuatro días después, el Centro Ismaelita de Lisboa ha acogido sus restos, los cuales han sido arropado por el número reducido de personas invitadas al acto entre rezos y la lectura de algunos extractos del Corán. Entre los asistentes al homenaje han estado algunos rostros reconocidos a nivel internacional como el del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, o el del rey Juan Carlos.
El emérito ha viajado desde Abu Dabi hasta el lugar para despedir a con quien mantenía un estrecho vínculo desde que ambos compartieran aula y pasillos en el internado suizo de Villa Saint-Jean. Su conexión, además, quedó reflejada en los distintos eventos que compartieron a lo largo de los años como la boda de la hija de Aga Khan, celebrada en 1997 en uno de los castillos más relevantes de Francia y a la que el padre de Felipe VI acudió en compañía de la reina Sofía. Del mismo modo, el fallecido fue uno de los invitados a la boda del actual rey con Letizia, así como a las de las infantas Elena y Cristina.
Es a estas últimas a quienes el descendiente de Mahoma ofreció su apoyo en más de una ocasión: en el caso de la primera, cuando conoció a Jaime de Marichalar en París y les cedía su residencia para mantener la privacidad en su relación; y en el de la segunda, cuando estalló el escándalo Nóos y le ofreció trabajo como coordinadora de Interagencias en la Aga Khan Developpement Network.
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