Simeón de Bulgaria, el hijo de la princesa Kalina y Kitín Muñoz, acaba de estrenar su mayoría de edad y ha concedido su primera entrevista a la revista '¡Hola!'. Después de una celebración familiar junto a sus padres y su abuelo, que viajó hasta Sofía, donde reside la familia, el joven ha hablado de su futuro más inmediato y ha revelado los planes que tiene para el próximo curso. Unos planes muy sorprendentes que le llevarán a vivir durante un tiempo con los monjes Shaolin.

No es la primera vez que vivirá una experiencia así. A lo largo de su vida, aunque ha crecido muy protegido, Simeón ha convivido con las tribus saharauis, dormido en jaimas en el desierto, vivido en una playa desierta y escalado cumbres. No es de extrañar teniendo en cuenta el estilo de vida que llevan sus padres. Kitín Muñoz es navegante, humanista y explorador (de hecho está preparando una nueva expedición para hacer una travesía transoceánica) y Kalina de Bulgaria vive entregada al deporte y ha participado en varios viajes por el mar además de vivir junto a su familia en un bosque de más de 26.000 hectáreas.

A sus 18 años, Simeón es un joven muy activo. Estudia en el British School, donde ha sido un estudiante destacado. El hijo de Kitín Muñoz y Kalina de Bulgaria del que sus padres destacan "su seguridad, la templanza, la bondad, el compañerismo y su don de gentes", es buen estudiante, pero además ha destacado en otras actividades y ha tenido tiempo para desarrollar otras habilidades. Le gusta leer, toca el piano y el bajo y habla cinco idiomas. Además de español y búlgaro (idioma que habla cuando está a solas con su abuelo, el rey Simeón de Bulgaria) también habla inglés, francés y árabe.

También le encanta el deporte. Hace snowboard, es skater y entrena con pesas. También destaca en Kung Fu y Taekwondo y le gusta adentrarse en los bosques y entrenar vestido de militar.

Aunque su plan más inmediato cuando acabe el curso es sacarse el carnet de conducir y disfrutar del verano entre Cantabria, Miraflores de la Sierra y Alicante, donde estudiará navegación y hará un curso de buceo, y volver al Campamento de Orientación Militar Don Pelayo, después se irá a la provincia de Henan, en China.

El joven Simeón aprovechará este viaje para practicar Kung-fu con los mejores, "siguiendo una disciplina y una filosofía espartana de vida". Se irá solo, pero vivirá en un lugar muy especial en el que llevará una vida muy diferente y le permitirá experimentar una experiencia única. "He sido aceptado por los monjes Shaolin y viviré con ellos en el templo, que está al pie de la montaña Shaoshi... Todos los monjes Shaolin son maestros de kung-fu, la madre de las artes marciales, y quiero aprender de ellos.", ha dicho el joven a la revista '¡Hola!'.

En cuanto a su futuro, Simeón tiene claro que quiere ser Boina Verde, para lo cual se está preparando a conciencia ya que las pruebas de acceso son muy duras y hay que ir preparado física y psicológicamente. Tan solo "entran treinta de cada cien" y él quiere ser uno de ellos. "Lo tengo clarísimo. Quiero ser un Boina Verde del Mando de Operaciones Especiales. Mi padre desciende de una dinastía de militares — mi abuelo Luis luchó entre tres guerras — y es embajador del ejército. Y por parte de mi madre, el Zar Fernando I luchó en las guerras balcánicas y en la Primera Guerra Mundial; y el Rey Boris en la Segunda. Es parte de nuestra vida y de la de nuestros antepasados".

Simeón tiene en mente empezar en 2027 y además ha confesado que le hace mucha ilusión formarse en España, un país con el que tiene un vínculo muy estrecho y en el que tiene gente muy cercana. "Es un país del que me gusta todo y en el que, además de familia, también tengo buenos amigos", ha contado.

Pero antes de que llegue ese momento, el joven tiene otro plan muy importante para él y su familia. Simeón acompañará a su padre durante su expedición, a la que también irá su madre. "Estoy feliz de vivir esta aventura con ellos... Una travesía transoceánica en familia", ha contado el joven, que cree que esta experiencia supone hacer realidad un sueño "en una balsa de juncos con tripulantes indígenas". Va a ser todo un aprendizaje para él y una experiencia inolvidable para toda la familia.

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