Durante un tiempo la vida de la infanta Cristina no fue nada sencilla, pasó de llevar una vida plácida y relativamente discreta a convertirse en el centro de la noticia a causa del caso Nóos y la implicación de su familia en él. Mientras que ella consiguió salir más o menos bien parada, su marido fue declarado culpable y condenado a cumplir una pena de cárcel.
Esto cambió por completo los planes que tenían y también su vida porque, tal y como revela Pilar Eyre en su blog en la revista Lecturas, todos los cambios asociados a esta situación pusieron a la infanta Cristina en una situación económica comprometida. En busca de un poco más de tranquilidad y en medio de la investigación, los Urdangarin Borbón decidieron poner tierra de por medio.
En un primer momento parecía que Estados Unidos sería donde comenzarían su nueva vida, pero finalmente fue Ginebra (Suiza) donde desembarcaron. La infanta pudo mantener su trabajo con La Caixa, que le ofreció todas las facilidades para que pudiera desempeñarlo allí donde estuviera, pero en su nueva vida, el sueldo que tenía en esta institución no era suficiente.
No hay mal que cien años dure y en el caso de la infanta Cristina este refrán cobra más sentido que nunca, porque en el momento en el que las cosas comenzaron a irle mal pudo contar con la mejor de las ayudas. Cuando descubrió que la infanta estaba pasando por apuros económicos “El Aga Khan le preguntó ‘¿con 400.000 euros anuales tienes suficiente?’ y cuando la infanta contestó que sí, la contrató en su fundación por ese sueldo”, explica Pilar Eyre en su blog, donde habla de Casa Real, tema del que es experta desde hace años.
“Aunque Cristina tiene despacho en la sede de Ginebra, teletrabaja desde la pandemia, si bien es cierto que no sabemos si ese contrato sigue vigente”, aclara la periodista y escritora, dejando claro que la situación actual no está demasiado clara. “Por una parte, desconocemos los proyectos en los que está implicada y por otro resulta muy extraño que no haya acompañado a su padre al funeral de su jefe”.
Lo que sí deja claro es la gran amistad que existía entre el Aga Khan y el rey Juan Carlos, a quien no dudó en ayudar siempre que lo ha necesitado, cordialidad que, como vemos, extendió a otros miembros de la familia. Durante años la infanta Cristina ha sido trabajadora de Aga Khan Development Network, lo que le permitió mantener el tren de vida que llevaba, permitiendo que tanto ella como sus hijos pudieran seguir con su vida en Ginebra.
Gracias a esta oferta de empleo que llegó en el momento perfecto y confió en ella como profesional, la familia de la infanta Cristina pudo seguir manteniendo su estilo de vida, los Urdangarin pudieron seguir acudiendo a los colegios a los que iban y esto evitó que tuvieran que renunciar a su estatus social por los cambios que tuvieron que hacer durante esos años.
Suscríbete a la newsletter de Divinity y recibirás toda la información de celebrities y corazón cada semana en tu mail.