Dónde se encontraba era uno de los grandes enigmas cuando anunciaron la retirada de la vida pública de Charlene de Mónaco. A través de un comunicado emitido por la Casa Grimaldi, la familia real monegasca informó que, después de estar seis meses en Sudáfrica tratándose de la grave infección de oídos, nariz y garganta que sufre su princesa, su vuelta a casa no había sido en las condiciones esperadas, la recuperación aún no era absoluta y precisaba de un reposo absoluto que era incompatible con sus obligaciones como 'royal'. Así, tras hacernos partícipes de su reencuentro con su marido, el príncipe Alberto de Mónaco, y sus hijos Jacques y Gabriella, Charlene volvía a desaparecer del mapa y se refugiaba en un paradero que declararon "estrictamente confidencial".
El motivo de este secretismo en cuanto al lugar, que posteriormente confirmaron que se encontraba fuera de las fronteras de Mónaco, era preservar su intimidad y alejarla de todo el foco mediático que implica su familia política. Sin embargo, cuando apenas han pasado quince días de aquella decisión de echarse a un lado, el medio alemán Bild ha desvelado cuál es el centro exacto en el que se encontraría ingresada la princesa.
Se trata del Paracelsus Recovery, un centro para tratar adicciones, trastornos alimenticios y diferentes tipos de problemas que atañen a la salud mental que se define a sí mismo en su página web como "el más exclusivo y discreto del mundo".
A pesar de que cuentan con un centro en Londres, la princesa Charlene estaría en el de Zurich, en Suiza, donde se estaría sometiendo a un tratamiento intensivo en el que no solo se estaría tratando su aflicción en sí (que va mucho más allá de lo físico, como explicitó su esposo), también todos los problemas subyacentes que la provocan.
Aunque se encuentre fuera de palacio, su vida dentro de este centro psiquiátrico no sería muy diferente a la anterior. De 95.000 euros semanales a 350.000 mensuales son los precios que ronda ingresar en Paracelsus Recovery.
Un elevadísimo coste que justifican asegurando el cuidado de cada paciente, al que se trata en exclusiva las 24 horas, sin compaginar el trabajo de los profesionales que allí trabajan con otros residentes. También cuenta a mayores con un chef personal, un mayordomo, una criada y una limusina y un chófer dedicados a sus necesidades.
Por el momento se desconoce el problema de tipo mental que ha provocado la desaparición de Charlene, pero en este centro tratan tanto fobias como traumas, trastornos de personalidad, estrés, TOC, abuso narcisista, depresión, ansiedad, TDAH o trastorno de estrés postraumático.
Todo con un enfoque de tratamiento de 360º que incluye terapia familiar, yoga, entrenamiento personal, revisiones médicas, terapias probióticas, asesoramiento espiritual o psicoeducación.
Como último pro (el único contra sería el precio), Charlene de Mónaco ha sustituido las calles de Mónaco por un espectacular lago y las montañas suizas, sus vistas desde el exclusivo ático de 250 metros cuadrados lujosamente amueblado en el que descansa y es atendida médica y psicológicamente.