Importante hito en la historia de (des)amor de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina. Dos meses después de las famosas fotos del exduque de Palma paseando de la mano junto a Ainhoa Armentia, su nueva pareja sentimental, Lecturas ha vuelto a traernos a los quioscos un nuevo capítulo de esta trama que provocó que a la hija mediana de los reyes eméritos no le quedase otra opción que anunciar la “interrupción de su relación matrimonial”.
Esta vez, la revista ya mencionada nos trae en portada las esperadas fotos del exjugador de balonmano disfrutando de una semana en Ginebra, Suiza, junto a su exmujer y su hija menor, Irene, que según cuenta Pilar Eyre en su blog es la que peor ha llevado la separación de sus padres.
A pesar de que en estos momentos reside en Vitoria junto a su madre, mantener su domicilio habitual en Suiza fue uno de los motivos por los que se favoreció que a Urdangarin se le aceptase ese ansiado tercer grado que le ha concedido la libertad tras tres años de encierro por el Caso Nóos.
De ahí que tenga que pasar parte de su tiempo en Ginebra, durmiendo en la casa de la que es la madre de sus cuatro hijos, a pesar de que su noviazgo con Armentia siga siendo un hecho.
Tal y como se puede ver en estas instantáneas exclusivas de Lecturas, Iñaki Urdangarin ha logrado el perdón de su hija Irene, de 16 años, que según Eyre “se enfadó terriblemente con su padre y no aceptó cualquier explicación” cuando se enteró por la prensa de su vida extramatrimonial.
Al parecer, siguiendo la información de la revista, ha sido la infanta Cristina quien ha favorecido este acercamiento padre e hija e Irene, que “fue testigo del dolor de su madre” (“la vio llorar”), ha accedido a perdonarle.
En estas fotos, donde también vemos paseando al aún matrimonio, se ve a Urdangarin e Irene disfrutando de una jornada juntos, tomando un helado, jugando al tenis y recogiéndola del colegio donde en estos momentos cursa Bachillerato. También visitaron a una sobrina de Iñaki que acaba de ser madre.
En cuanto a su reencuentro con la infanta Cristina, Pilar Eyre cuenta que no tuvo ningún gesto de afecto con su marido cuando se vieron las caras en una céntrica plaza de la capital suiza. Juntos acudieron a tomar un café en el hotel Four Seasons de Ginebra donde, parafraseando a la periodista, mantuvieron una importante conversación en la que establecieron “los mimbres de su vida futura” y la de sus hijos.