La familia real ya está en Oviedo. 24 horas antes de la celebración de los Princesa de Asturias más atípicos de la historia (no es necesario explicar el porqué), Felipe, Letizia y sus hijas hacían acto de presencia en la tierra en la que creció nuestra reina para acudir a los actos previos a la entrega de galardones, que se celebrarán en el Hotel Reconquista y no en el Teatro Campoamor, sede mítica antes de que el coronavirus cambiase nuestra forma de vida.
Durante la tarde del jueves, la familia real visitaba las instalaciones de la Fábrica de Armas de la Vega para dar visibilidad a las actividades culturales organizadas por la fundación que preside la princesa Leonor desde que su padre ocupó el trono. Esto, sumado a la visita a un espectáculo musical, era la agenda 'royal' para el previo al día grande de este macroevento que cada octubre paraliza Oviedo.
Como ya es costumbre siempre que ponen un pie fuera de Zarzuela, cada uno de los miembros de la casa del rey ha sido analizado al dedillo. Y esta vez le ha tocado a la infanta Sofía, alias 'la pupas', ser protagonista.
Lo ha sido por una misteriosa tirita en la rodilla derecha. Un pequeño detalle sin importancia salvo que lo vinculemos al aparatoso accidente con el que nos sorprendió este verano durante sus vacaciones en Mallorca. Tras la gira de los reyes por España, las niñas se incorporaban al tour para visitar el casco antiguo de Petra, un pequeño municipio de la isla por la que se dejan ver cada mes de agosto.
Un día antes de esta aparición pública, una fuerte caída provocó que la infanta Sofía tuviese que pasar por el hospital, de donde salió con cinco puntos de sutura en la misma rodilla en la que ahora lleva esta tirita. Esto la obligó a pasear entre adoquines con una muleta. El meme perfecto que necesitaba Twitter para reírse de 'lo bien' que nos va a todos en este 2020. Ni apellidarse Borbón es suficiente.
Pero esta no era la primera vez en la que la hija menor de Felipe y Sofía se ganaba este cariñoso mote. Hace justo tres años, en el desfile del Día de la Hispanidad de 2017, lo que le obligó a hacer el besamanos posterior con el brazo izquierdo, dejando el derecho, el que dicta el protocolo, inmóvil.
Hace un año de una edición en la que lo de menos eran los premios. La protagonista absoluta, con permiso de los galardonados, era la princesa Leonor, a la que a sus 13 años le tocaba presidir la gala, ofreciendo un discurso, el primero para ella, que fue analizado al dedillo. Nada que ver con lo que sucederá este año.
Sí, esta vez se repetirá la intervención de la hija mayor de los reyes. Pero tan solo 47 personas, entre autoridades y premiados, estarán presentes en el Salón Covadonga del céntrico hotel ovetense. Puede que este año la que acapare los focos sea la reina Sofía, que también acudirá al acto tras los escándalos relacionados con su marido, el rey emérito don Juan Carlos.