Era el gran momento de Leonor. Llevábamos meses esperando para ser testigos del primer discurso oficial de la Princesa de Asturias en los premios que llevan su nombre. Y lo ha hecho con nota. El Teatro Campoamor de Oviedo esperaba ansioso a escuchar a la primogénita hablar en público. ¿Qué diría? ¿Cómo se desenvolvería ante el público? Pero había otro factor a analizar: la reacción de Letizia. ¡Dale al play para ver el gesto del que todo el mundo habla!
Mientras el orgullo de padre de Felipe VI se ha demostrado en el discurso posterior al de su hija, con el que se ha rendido en halagos ante su intervención, la reina ha demostrado su satisfacción con el lenguaje no verbal. Ya se notaba su nerviosismo durante la ceremonia, donde la hemos visto hablar en varias ocasiones con su hija menor, la infanta Sofía. Sin embargo, la máxima expresión de su emoción se ha demostrado con el fuerte abrazo que ha dado a Leonor una vez terminada su intervención.
En esta ocasión, el lugar en el que se ha producido la ceremonia era clave. Asturias, lugar de nacimiento de Letizia, guarda un fuerte simbolismo para toda la Familia Real. Así lo ha demostrado la propia Princesa de Asturias en su discurso: "Asturias es también la tierra de mi madre, la reina, y yo llevo sangre asturiana. Es además la tierra que da nombre al título que ostento como heredera de la corona. Al igual que hizo mi padre durante tantos años, yo lo hago ahora con responsabilidad. Me siento muy honrada con ello".
Quienes hayan seguido el discurso en directo se habrán percatado en la emoción que había entre las gradas. En una de las filas del auditorio podíamos ver a la familia Ortiz Rocasolano al completo. La abuela Menchu, bisabuela de la protagonista, estaba acompañada por su hijo Jesús Ortiz, padre de la reina Letizia. Junto a ellos estaban sentados Telma Ortiz, tía de las infantas, que ha aprovechado esta ocasión para presentar públicamente a Robert Gavin, su nueva pareja sentimental. En una esquina, con lágrimas en los ojos, estaba Paloma Rocasolano, que no ha parado de llorar durante los cinco minutos que ha durado el discurso.