Última semana de junio. Tras casi cuatro meses de pandemia, los reyes preparan maletas y se embarcan en una gira por España con un objetivo claro: incentivar el turismo dentro de nuestras fronteras. Su intención es hacer ver que, con responsabilidad, se puede disfrutar de un verano dentro de esta atípica ‘nueva normalidad’. Y su primera parada han sido las islas Canarias.
La playa de Las Canteras, en Las Palmas, ha sido el primer escenario donde han sido inmortalizados. Felipe, con la camisa remangada. Letizia, con un vestido de Zara del que ya no quedan existencias. Pero más allá de su estilo, que tampoco es casual, lo que se ha analizado esta vez ha sido su espontaneidad. Ya no hay mascarillas ni frías videoconferencias desde Zarzuela. Ahora toca mezclarse con el pueblo llano, desprenderse del dichoso protocolo y mostrarnos su cara más natural.
Pero esto también tiene sus contras, según quién lo mire. Cualquier mortal tiene un móvil a mano para grabar a sus majestades en la intimidad. Y eso es precisamente lo que ha sucedido hace unas horas. Ambos pasean tranquilamente por la calle Tenerife cuando un grupo de hosteleras les animan a probar una tapa de jamón ibérico. Pese a las primeras reticencias a acercarse al bar La Puntilla, finalmente aceptan.
“¿Se anima un poquito la cosa?”, pregunta Felipe, preocupado por la reactivación económica de Gran Canaria. “Poquito a poco”, le contestan, asegurando que este es el primer día en el que reabren su negocio. Hay nervios por servir a los reyes. "No te vayas a cortar, Isaura, tranquila", se escucha a la camarera hablando con su compañera. Mientras tanto, Letizia le hace una indicación clara al rey.
"Apoyate en la barra", le pide. "Apóyate", insiste. El rey deja caer su mano en la mesa del establecimiento. Un simple gesto con el que parece que la reina pretende normalizar una vez más esta nueva realidad. Se puede consumir en un restaurante como lo hacíamos en la era precovid siempre y cuando mantengamos esa higiene constante con gel hidroalcohólico que siempre se nos ha recomendado desde las autoridades sanitarias.
La conversación continúa. "Solo nos faltan los guiris", les explican, haciendo referencia a los turistas extranjeros. "Tendrán que ir viviendo poco a poco", apunta el jefe del Estado mientras Letizia ríe e insiste en que "con una muestrita de nada" es suficiente para probar esa mini ración que se les ha ofrecido de forma casual.
Esta no ha sido la única parada de los reyes en este tour por todas y cada una de las Comunidades Autónomas. Visita a la casa-museo de Pérez Galdós por su centenario, recorrido por la finca El Confital, donde se encuentra una plantación de plataneras y contacto directo con los transeúntes. De hecho, esta última acción nos ha regalado otro momentazo 'no-protocolo' de Letizia.
Para entenderlo debemos regresar a la playa de Las Canteras donde ha arrancado esta gira. Allí, en el paseo marítimo, ambos definen como "una maravilla" el hecho de volver a ver movimiento en la costa. "Casi mejor que Ribadesella", le comentaba un bañista con tono jocoso, haciendo referencia a su tierra. "Es diferente, es diferente", respondía ella con sentido del humor.