Ocho meses después de que Harry y Meghan anunciaran su deseo de dar un paso atrás en sus funciones de representación de la monarquía y después de que la Casa Real británica confirmara en un comunicado que la pareja dejaría de ostentar el título de duques de Sussex en la primavera de 2020, ve la luz el polémico libro 'Finding Freedom', en el que los periodistas Omid Scobie y Carolyn Durand detallan los acontecimientos que provocaron la ruptura entre la pareja y corona británica.
Omid Scobie y Carolyn Durand han elaborado una detallada biografía de Harry y Meghan en la que han contado con la colaboración de personas muy cercanas a la pareja. 'Finding Freedom' narra la historia de la pareja, desde que se conocieron en una cita a ciegas organizada por un amigo en común en el barrio Soho de Londres hasta que se hizo público el fin de la relación con la Casa Real.
En las 320 páginas del libro, los periodistas cuentan detalles hasta ahora desconocidos y ofrecen los acontecimientos desde otro punto de vista. Varios episodios difíciles para la pareja y que además de su salida de la monarquía han provocado el distanciamiento del príncipe Harry y su hermano. 'Finding Freedom' puede dinamitar los cimientos de la monarquía británica.
La aparición de Meghan Markle en la vida de Harry no tardó en provocar las primeras tensiones entre los hijos de Diana de Gales. Un comentario del príncipe Guillermo acerca de la que por aquel entonces era la novia de su hermano fue el comienzo de los problemas. Y es que, según narra los periodistas que el heredero se refiera a Meghan como 'esa chica' no le hizo demasiada gracia.
Los conflictos acababan de empezar y la brecha entre los hermanos era cada vez mayor. La mudanza de la pareja al Palacio de Kensington y que se creara la marca SussexRoyal acrecentó las diferencias. Pero esto era solo la punta del iceberg. Poco a poco, la relación con el príncipe Guillermo y Kate Middleton se complicaba y los desencuentros eran cada vez mayores. Incluso, Harry llegó a penar que el personal de los duques de Cambrigde no dudaban en filtrar informaciones para dejarle en mal lugar a la vez que ensalzaban la figura de su hermano.
Acababa de comenzar su relación y Meghan empezaba a saber lo que suponía formar parte de la realeza. Además de los conflictos con sus cuñados y las complicadas relaciones familiares, la actriz recibió amenazas, insultos racistas e incluso le llegó un paquete sospechoso que hizo saltar todas las alarmas (pensaron que contenía antrax) por lo que la entonces novia de Harry tuvo que someterse a un duro entrenamiento con las fuerzas especiales que le pareció "intenso y aterrador".
Sin embargo, a pesar de las amenazas uno de los episodios más bochornosos y difíciles se produjo en el seno de la propia familia. Todo sucedió en la comida prenavideña que la reina Isabel ofrece cada año antes de irse a Sandringham. Era una de las primeras tomas de contacto de Meghan con parte de la familia y tuvo que soportar que la princesa Michael de Kent acudiera al evento con un broche de tintes racistas, una pieza del siglo XVI que se representa un busto de un joven negro con una corona adornada con piedras preciosas.
Quizá uno de los episodios más desagradables tuvo lugar con motivo de la boda de Pippa Middleton el 20 de mayo de 2017. La relación de Harry y Meghan ya había sido oficializada por la Casa Real Británica a principios de noviembre de 2016 (el comunicado generó cierto malestar por no tener el visto bueno ni de la Reina ni del padre del novio) pero eso no fue suficiente para que la actriz pudiera acompañar a su novio a la ceremonia religiosa celebrada en St Mark de Englefield.
Pese a que la actriz ya tenía elegido el vestido y el sombrero para una ocasión tan especial, un artículo sensacionalista publicado poco antes del enlace que comparaba los traseros de Pippa Middleton y Meghan provocó el cambio de planes y se decidió que era mejor que no acudiera. La pareja aceptó el desplante y la joven únicamente pudo asistir a la recepción.
Los desencuentros y las tensiones iban en aumento y ni siquiera la boda iba a traer la paz a la familia. Según relatan los autores del libro, el enlace de Harry y Meghan trajo un nuevo quebradero de cabeza al hijo menor de Diana de Gales y el príncipe Carlos. Según cuentan los autores del libro, el motivo en esta ocasión fue la tiara que la novia iba a elegir en su gran día. Y es que, a pesar de no haber desacuerdos entre la reina Isabel y la novia, Angela Kelly, la asesora de imagen de la monarca ralentizó la entrega de la tiara para hacer la prueba de peinado un día antes del enlace.
Las relaciones familiares se tambaleaban. El príncipe Guillermo y su hermano estaban cada vez más distanciados y prueba de ellos fue lo complicado que resultó reunirles para tomar la fotografía oficial del 70 cumpleaños de su padre, que se celebraba el 14 de noviembre de 2018. Según los autores del libro "ni William ni Harry hicieron un gran esfuerzo para estar disponibles" lo que supuso un esfuerzo extra de todo el equipo de producción que asegura que fue "una absoluta pesadilla".
Y así llegamos hasta 2020. La situación era ya insostenible y se evidenció en el último compromiso público de los duques de Sussex. El Día de la Commonwealth, celebrado el 11 de marzo de 2020, dejó una imagen que ponía de manifiesto lo que estaba ocurriendo.
Tal y como cuentan en el libro Scobie y Durand, el encuentro entre Harry y Meghan y el príncipe Guillermo y su mujer fue de lo más frío. En su encuentro, mientras los primeros saludaron con una sonrisa, los duques de Cambridge apenas los miraron. De hecho, Kate evitó cruzar su mirada con la de Meghan y Guilermo respondió al saludo con un leve movimiento de cabeza. El gesto de los Duques dejó dejó muy dolida a la pareja, especialmente a la actriz, que inmediatamente voló a Canada "emocionalmente rota y exhausta."