Tampoco son tantos los acontecimientos mediáticos que uno puede experimentar a lo largo de una vida. Sobre todo los que toman el cariz de planetarios. Ya hay unas cuantas generaciones que nacieron después de Diana, con lo que este nombre implicó para los noventa. Pero tranquilidad, que la casa real británica nos ha regalado un nuevo icono al que aupar (o defenestrar, según cada cual).
No hay nadie sin opinión después de ver la entrevista que Meghan Markle y el príncipe Harry han concedido a Oprah Winfrey tras su polémica salida de Buckingham Palace. Y el uso de este adjetivo no es casual.
Acusaciones de racismo dentro de los Windsor, pensamientos suicidas por parte de la duquesa de Sussex, nula relación entre la pareja y el resto de miembros del clan... Los titulares que nos han regalado en esas dos horas de conversación son infinitos. Y después de asimilarlos (el "what???" de la líder de opinión norteamericana nos representa a todos) toca posicionarse.
Los tabloides británicos, esos que potenciaron la imagen de villana sobre Meghan para edulcorar la impecable opinión que tienen los ingleses sobre Middleton, llevan días poniendo en duda la versión del matrimonio. Son varios los medios que apuntan a que hay mucha puesta en escena made in Hollywood detrás de la entrevista. Y en divinity.es queremos que te mojes. ¿Te crees su testimonio? ¡Vota!
La charla con Winfrey, en la que Meghan y Harry confirmaron además que están esperando una niña, levantó una importante expectación con respecto a una posible respuesta por parte de Buckingham Palace. Cuarenta y ocho horas más tarde llegaba el esperado comunicado con aprobación de Isabel II, que admitía lo preocupante de los episodios racistas narrados, defendiendo que ambos formarán siempre parte de la familia.
La monarca no fue la única que se pronunció al respecto. Mientras su hijo Carlos declinó hacer declaraciones, su nieto Guillermo sí optó por dar una contestación a la entrevista de su hermano y su cuñada. Lo hizo de forma improvisada, ante las preguntas de los periodistas mientras visitaba un colegio londinense. Las palabras del mayor de los hijos de Diana chocaron con el tono preocupado y hasta conciliador mostrado por su abuela, al negar rotundamente que su familia sea racista.