La mayonesa puede convertirse en la salsa que más nos gusta. Esto se debe a que contiene alguno de los ingredientes fundamentales de nuestra dieta mediterránea. Además, también, se ha convertido en la combinación perfecta con cualquier tipo de alimento. Por tanto, son muchas las personas que se animan a hacerla en casa, en vez de comprarla.
De esta manera, nos aseguraremos que está hecha a nuestro gusto y, sobre todo, con productos de calidad. Eso sí, si queremos hacerla nosotros mismos, nos podremos encontrar con algunos inconvenientes como, por ejemplo, que se corte. Pero, ¿cómo podemos evitarlo?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que para hacer una mayonesa necesitaremos un huevo, aceite de oliva y sal. También, una batidora. Una vez que ya tenemos localizados todos los ingredientes habrá que poner en el vaso el huevo, un poco de aceite -hasta que lo cubra- y sal. La cantidad de aceite será fundamental, ya que normalmente suele cortarse cuando la cantidad de este es superior a la que puede soportar.
Es por eso que cuando se corta, la mezcla obtiene un color muy amarillento y, sobre todo, especialmente líquido. Pero eso sí, lograr la mayonesa perfecta no será especialmente complicado. Una vez que ya tenemos los ingredientes anteriormente mencionados en el vaso habrá que proceder a incluir el aceite. Para ello, habrá que incorporarlo con un fino hilo para ligarlo todo correctamente.
Es importante que no se utilice una potencia demasiada alta para que se una todo. Además, no habrá que incorporar el aceite rápido ni tampoco habrá que incluir demasiada cantidad. Si lo hacemos así, la emulsión no se producirá. De la misma forma, será esencial la temperatura y la calidad de los ingredientes.
En el caso de que se nos haya cortado, lo cierto es que podemos remediarlo. Para ello, podremos añadir un huevo entero, bajando la potencia. También, podrás incorporar zumo de limón, yema de huevo o un par de cucharadas soperas de leche. De la misma forma, el agua tibia ayudará a remedir tu problema.