Si no cerramos correctamente el congelador o no modulamos bien la temperatura de la nevera será muy normal que se acumule hielo en sus paredes. Esto no será nada recomendable para conservar los productos, además podría acortar la vida útil del electrodoméstico. Por tanto, lo más recomendable será quitar el hielo de forma periódica, pero ¿cómo podremos hacerlo rápida y fácilmente?
Lo primero que deberemos hacer será sacar todos los alimentos que tenemos en la nevera. Esto será fundamental para tener el suficiente espacio para limpiarlo y eliminar el hielo sin estropear los alimentos. Para ello, deberemos conservar esos alimentos que hemos retirado en el lugar más fresco de la casa.
Lo siguiente que deberás hacer será apagar el frigorífico y, lógicamente, desenchufarlo. Esto será fundamental para evitar posibles daños personales y no sufrir ninguna consecuencia grave. Será uno de los pasos más importantes antes de limpiarlo.
En el caso que no tengas tiempo para que se descongele poco a poco, siempre podrás optar por otras opciones más rápidas como es introducir un cazo de agua caliente. De esta manera, podrás derretir todo el hielo que hay alrededor y pegado en la nevera.
Si tienes más tiempo, podrás limpiar el exceso de hielo con un trapo con jabón y agua o una esponja. No habrá que utilizar ningún otro elemento que pueda arañar la superficie. Tampoco será recomendable hacer uso de un cuchillo que te ayude a raspar el hielo. Lo que hará el trapo enjabonado será retirar el hielo de la nevera poco a poco. Con otro trapo seco habrá que secar el exceso de humedad. También, podrás utilizar vinagre o limón para eliminar todos los olores.
Para que los pasos anteriores serán lo más sencillos y rápidos posibles será clave llevar a cabo un mantenimiento de la nevera. Así, lo recomendable es realizar limpiezas profundas cada dos meses, lo que evitará que se forme hielo en las paredes.