Tener la casa caliente en invierno será una de las mejores sensaciones, pero tal y como está el precio de la luz y el gas, cada vez es más importante tener clara cuál es la temperatura adecuada y, sobre todo, saber cómo mantenerla. Pero, ¿cómo podremos conseguirlo?
Hoy en día, son muchas las casas que buscan optimizar la funcionalidad de la calefacción o de la bomba de calor. Esto se debe a la subida de precios que hemos experimentado en los últimos tiempos y que hace que gastemos más al mes. Eso sí, una temperatura baja en casa puede provocar grandes problemas de salud, creando un clima propicio a contraer enfermedades como la tos, gripe o resfriado.
Por tanto, contar con una temperatura ideal será beneficioso tanto para nuestra salud como para nuestra correcta eficiencia. Esta temperatura dependerá de la época del año en la que nos encontramos, del clima que haga fuera y de nuestras preferencias más personales. Por eso, durante los meses de invierno se recomendará unos 21 grados durante el día y 17, por la noche.
También, será muy importante echar un vistazo a la humedad del ambiente, que tiene que situarse entre el 40 y el 60 por ciento. Con todo, no será recomendable bajar de los 18 grados, ya que será este el momento en el que comencemos a tener frío.
Como ya hemos comentado, vivir en un ambiente frío no será nada recomendable para nuestra salud. De esta forma tendremos más posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a que las bajas temperaturas provocarán un aumento de la presión arterial, lo que puede ser especialmente complicado para aquellas personas con afecciones cardiacas. Además, el aire más frío tendrá menos humedad, por lo que se producirá sequedad en las vías respiratorias.
También, el aumento de la cantidad de ropa podrá provocar cierta rigidez arterial. Además de todos los efectos físicos que ya hemos comentado, las bajas temperaturas podrán afectar a tu salud mental.
Será muy importante saber cómo calentar tu casa y, sobre todo, hacer que el calor no se vaya. Lo primero que habrá que hacer será revisar que el aislamiento de la vivienda y comprobar que es el correcto. Sobre todo, será importante controlar las entradas de frío.
Respecto a la calefacción, lo más recomendable será que cuentes con un termostato programable para ajustar la temperatura dependiendo del día y de la hora. También deberemos mantener las persianas y las cortinas abiertas, mientras haya sol, para retener el calor.
Otro truco para que el calor ‘no se escape’ será cerrar las habitaciones en las que no hay nadie y utilizar alfombras para aislar el frío. Del mismo modo habrá que evitar tapar los radiadores y se tendrán que revestir las paredes más frías. También, podrás poner cortinas con forro térmico y colocar paneles reflectantes para el radiador.