El edredón es una pieza esencial para dormir sin pasar frío una buena parte del año. De hecho, hay diferentes tipos de edredones y acertar con el que más te conviene para que se adapte a la temperatura de la habitación y a tu cama es imprescindible para que duermas plácidamente. No te pierdas estas claves para saber cómo elegir el mejor edredón.
Hay un tipo de edredón que se asemeja a las colchas, y que puedes usar en los meses que no hace mucho frío, o sencillamente para vestir la cama en verano. Los encuentras lisos o estampados, sin funda para cubrirlos, y pueden ser muy útiles y decorativos. Eso sí, cuando hace frío de verdad, no hay nada como tener un buen edredón nórdico para abrigarte por las noches. Los edredones nórdicos pueden tener el relleno natural o sintético.
Hay edredones nórdicos que están rellenos de plumas o aves. En esos casos hay que distinguir entre el relleno de plumón y el de pluma:
Por lo tanto, si quieres que el relleno de tu edredón sea natural, la mejor opción es el plumón. Para garantizar, además, el cuidado del ave del que procede, asegúrate de que el relleno sea de plumón de pato europeo. Los edredones nórdicos sintéticos tienen un relleno de fibras, y su principal ventaja es que, además de abrigar, son más económicos y muy resistentes a los lavados.
Parece obvio que hay que comprar un edredón del tamaño que le corresponda a nuestra cama, como hacemos con las sábanas. Pero a veces resulta difícil acertar, porque no hay que olvidar que el edredón no es un elemento solo decorativo para cubrir la cama, sino que debemos asegurarnos de que nos tapa correctamente durante la noche.
No te guíes solo por el dato que te informe de la medida de la cama para la que está pensado el edredón y fíjate en cuáles son sus medidas reales, para que sean superiores a las de tu cama. Para que te puedas orientar, si se trata de una cama individual, el ancho deberá ser 60 cm más largo, y si es una cama doble, súmale otros 25 cm. En cuanto al largo, debe medir, al menos, 30 cm más que el de tu cama.
Para tomar esta decisión es imprescindible tener en cuenta tus preferencias personales en cuanto a lo abrigada que quieras dormir, la temperatura de tu casa o la época del año en la que lo vayas a utilizar. La recomendación sería que tuvieras un edredón cálido o extracálido para los meses de invierno y uno fresco para los meses de entretiempo.