En abril de 2022, María Pombo y Pablo Castellano formalizaron la compraventa de una nueva casa, situada en Madrid y próxima a la zona en la que siempre han vivido tanto ella como sus hermanas mayores. Sin embargo, la mudanza no se produjo hasta enero de este año, cuando la pareja y su hijo Martín se instalaron definitivamente en su nuevo domicilio. ¿El motivo? La profunda reforma que se tuvo que acometer en la vivienda. Desde entonces, la influencer ha compartido en sus redes sociales las primeras fotos de la casa, centrándose en algunas de las estancias de la misma, como el salón o el vestidor, pero no habíamos podido ver la casa al completo. Hasta ahora: María ha mostrado el antes y después de la vivienda ¡Puedes verla al completo en el vídeo que encabeza esta noticia!
La pequeña de las Pombo ha explicado, en el texto que acompaña a la publicación, que la renovación del que es su domicilio no está todavía "al 100%", y que se precisan aún algunos "pequeños cambios". Pero lo cierto es que el cambio es mayúsculo. Se ha realizado una auténtica reforma integral de la vivienda, de la que se ha encargado el Grupo Archarray, a cargo de la cual se encuentran Pablo y los hermanos del marido de la influencer.
Pombo ha puntualizado que el aspecto original era "precioso", y la estructura original de la misma se ha respetado, no así elementos como las imponentes puertas originales, que se han guardado para “poder restaurarlas y usarlas en un futuro”. La fachada, que en un primer momento era de ladrillos blanco, también ha sido cubierta.
Prometió que no haría un 'house tour'. Y, estrictamente, no lo ha hecho. El vídeo que ha compartido María en su muro de Instagram, que pronto se ha llenado de aplausos de sus seguidores ante el aspecto final de su casa, permite conocer cuáles han sido los principales cambios en algunas de las estancias. Desde la entrada de la vivienda, se hace un recorrido por cuartos como el salón, el comedor, y se ven espacios como las escaleras o la terraza.
Algunas de las alteraciones principales incluyen el suelo, que antes era de baldosas y ahora es de madera. Se han eliminado también elementos como una destacada verja interior de hierro forjado en negro, o las impresionantes vigas de madera vistas que se atisbaban en algunas habitaciones.
El estilo general de la casa ha pasado de ser rústico y clásico, debido a la presencia de los elementos anteriormente citados, a un concepto más actual y cálido, en el que priman el minimalismo o la apuesta por las maderas de colores claros en mobiliario. Se han añadido un buen número de espejos y cristales, que dan mayor amplitud y luminosidad, que se obtiene también gracias a la omnipresencia del blanco y tonos beige o crudos en los sofás, las sillas del comedor o el revestimiento de las escaleras.