Nos enfrentamos al verano más caluroso de las últimas décadas y, al igual que los humanos sufrimos el ascenso del termómetro, nuestras mascotas también. Además, ellas no regulan la temperatura corporal tan bien como nosotros, por lo que necesitan que les prestemos especial atención en está época del año. Te contamos cómo cuidar de tu mascota en plena ola de calor para que no sufra ni pongas en riesgo su salud. ¡Te lo agradecerá eternamente!
Cuando el calor aprieta es importante reajustar el horario de los paseos y evitar las horas centrales del día. Aunque habitualmente tu perro necesite salir a correr y dar largos paseos, estos deben ser principalmente a primera hora de la mañana y por la noche, cuando las temperaturas son más bajas.
La hidratación es esencial para combatir el calor, así que en su bebedero no debe faltar el agua fría durante todo el día. Revisa con frecuencia que el agua no se haya calentado ni evaporado, porque es algo habitual cuando hace mucho calor.
Una de las mejores formas de garantizar que el agua va a estar fresquita es añadir cubitos de hielo al bebedero. Además, si sienten mucho calor, les encantará chuparlos directamente para refrescarse.
Con el calor la comida de nuestros animales se deteriora, sobre todo si es húmeda. Si no se la ha comido cámbiala para que esté fresca y limpia el comedero a diario.
Tanto en los paseos como si tu mascota te acompaña de terraceo o recados, busca siempre los caminos y lugares que tengan sombra. Además debes llevar siempre agua contigo para que pueda beber cada cierto tiempo y mantenerse bien hidratada.
Puedes encontrarlas en las tiendas de animales y son ideales para que tu mascota, sea un gato o un perro, esté fresquita en casa. Están fabricadas con materiales refrigerantes que absorben el calor que desprenden y, al mismo tiempo, liberan frío, por lo que son muy recomendables.
Si a pesar de todos los cuidados crees que tu mascota puede estar sufriendo un golpe de calor porque está aturdida, muy caliente, con diarrea o con la respiración acelerada, trata de refrescarla de manera progresiva con compresas de agua fría, ponla en un lugar fresco y llama al veterinario. No dudes en hacerlo porque puedes poner en riesgo su vida.