Pocas cosas fastidian tanto como las ampollas en los pies, sobre todo cuando aparecen y tenemos que pasar mucho tiempo fuera de casa, sin poder cambiarnos de calzado ni hacer nada para tratarlas. Como no hay nada como la prevención, sobre todo en asuntos de salud, te contamos cuáles son los mejores trucos para evitar que las ampollas en los pies te arruinen el día. Toma nota y que nada frene tus pasos.
Saber elegir el calzado adecuado es lo más importante a la hora de evitar ampollas y también rozaduras. Debemos evitar los materiales muy rígidos, que tengan un mal acabado, que sean muy estrechos y que no sean de nuestra talla. Si al ir a comprar un zapato notas que te molesta, no pienses que con el uso te resultará más cómodo. De hecho, lo más probable es que ocurra todo lo contrario y termine por dañarte.
Si eres propensa a las ampollas en los pies, también debes prestar atención a los calcetines que eliges. Han de ser de materiales transpirables, que ayuden a reducir la fricción y a absorber la humedad, como las fibras sintéticas o el algodón. Eso sí, los de algodón muy gruesos tienden a retener la humedad y, por lo tanto, a favorecer la aparición de ampollas. Además, deben amoldarse a tu pie, ni más grandes, ni más pequeños, y no tener costuras.
Los polvos de talco que se usaban para los bebés valdrían, aunque también hay polvos absorbentes especiales para pies que, además de prevenir la fricción que causa las ampollas, neutraliza los malos olores. Úsalos a diario sobre el pie limpio y seco antes de calzarte, sobre todo en las zonas más propensas a sufrir ampollas, como los costados y talones. Verás cómo consigues evitar que aparezcan.
Hay ocasiones en las que sabemos que vamos a pasar todo el día caminando, ya sea por ocio, por trabajo, por un viaje, etc. En esas ocasiones aumentan las posibilidades de que aparezcan las dichosas ampollas. Si ya conoces cuáles son tus zonas débiles, protégelas con un apósito o un protector especial para ampollas y rozaduras. Y no olvides llevar un repuesto en el bolso.
Unos pies cuidados y descansados tienen menos riesgo de tener ampollas. Cuando los notes cansados dales el tiempo de recuperación que necesitan. Además, mantén una buena higiene y lávalos a diario, secándolos con suavidad y eliminando los restos de humedad. Por último, aplica una crema hidratante para que la piel se mantenga suave y flexible.