Una de las principales funciones del maquillaje es disimular las imperfecciones de la piel. Para conseguir el mejor resultado hay que tener en cuenta que no todas las imperfecciones son iguales, por lo que a la hora de elegir el corrector que más nos conviene, tenemos que atender a las necesidades específicas de nuestra piel. No es lo mismo cubrir ojeras que rojeces o granitos, así que no te pierdas estas pautas para elegir el tono de corrector de maquillaje que necesitas para cada imperfección. Solo estás a un paso de presumir de un tono de piel unificado, natural e impecable.
Lo primero es conocer tu tono de piel, saber si es clara, media, oliva u oscura. Esta información es crucial para seleccionar un corrector que se mezcle perfectamente con tu piel y proporcione un aspecto natural.
Si tus ojeras son tu principal preocupación, opta por un corrector de tono melocotón o salmón. Estos tonos ayudan a neutralizar el azul o el morado de las ojeras. Para las pieles más claras, un tono melocotón claro será ideal, mientras que para las pieles más oscuras, un tono salmón profundo funciona mejor.
Para disimular granos, manchas o cualquier otra imperfección, busca un corrector que coincida exactamente con tu tono de piel. Un producto demasiado claro hará que el área resalte, mientras que uno demasiado oscuro llamará aún más la atención. Aplica el corrector con precisión sobre el defecto y difumina suavemente para una cobertura perfecta.
Si tienes rojeces en tu piel, busca un corrector de tono verde. El verde es opuesto al rojo en la rueda de colores, por lo que ayudará a neutralizar las rojeces. Aplica el corrector verde suavemente sobre las áreas afectadas antes de aplicar tu base de maquillaje.
Cuando vayas a comprar un corrector, pruébalo en tu piel para asegurarte de que se mezcle bien y se vea natural. La luz de la tienda puede ser diferente a la luz natural, así que también asegúrate de verificar cómo se ve el corrector en diferentes condiciones de luz.
Los correctores vienen en diversas texturas, desde líquidos hasta cremosos. La elección de la textura depende de tu tipo de piel y preferencias personales. Las pieles secas pueden beneficiarse de un corrector cremoso, mientras que las pieles grasas pueden optar por una fórmula más ligera y mate.
Utiliza un pincel para aplicar el corrector en áreas específicas. Esto te dará un control preciso y permitirá que el producto se mezcle de manera uniforme en tu piel.