Isco Alarcón y Sara Sálamo ya presumen de ser una pareja de recién casados. El exfutbolista del Real Madrid y la actriz se han dado el 'sí, quiero' en una ceremonia secreta tras anunciar su compromiso matrimonial hace muy pocos meses durante una escapada romántica que hizo la pareja en compañía de sus tres hijos a Venecia. Ahora, la pareja disfruta de su nueva vida de recién casados y han decidido abrir las puertas de su impresionante chalet de La Moraleja en el que viven después de su boda secreta.
El chalet unifamiliar situado en el exclusivo barrio madrileño de La Moraleja es de construcción nueva y de estilo moderno. La vivienda es cuanto menos lujosa, con estancias muy amplias y luminosas, espacios abiertos, una decoración minimalista con toques vintage y cuenta con un gran jardín que rodea la casa con piscina y zona de juegos para sus tres hijos Francisco, Theo y Piero, y para los cinco perros que tiene la pareja.
La entrada de la casa de la actriz cuenta con un hall muy amplio y luminoso. Las paredes de toda la casa tienen molduras clásicas de escayola que dan la sensación de que es un pequeño palacete, combinadas con la pintura de la pared de color blanco roto y con el suelo de parqué de un tono oscuro. El recibidor cuenta con un imponente espejo de formas irregulares frente a un aparador de madera de nogal envejecida de estilo clásico y con un gran lienzo pintado de estética vanguardista en tonos grises, celestes, rojos y cobrizos. Sobre el aparador, hay un gran jarrón de cerámica con grabados en tonos marrones con unas preciosas orquídeas dándole un aire más fresco y natural a la estancia.
El salón es una de las estancias más amplias de la casa al estar unida con el comedor y tener acceso directo al jardín exterior. La gran estancia también tiene las paredes pintadas de blanco roto con molduras clásicas de escayola blanca y su decoración se mueve entre con el estilo minimalista y el vintage a través de la exposición de piezas únicas y elementos artísticos envejecidos. La zona de descanso cuenta con dos grandes sofás modulares de estilo moderno y líneas rectas de color beige, con cojines de diferentes texturas, una amplia mesa de mármol negro y patas de forja sobre una gran alfombra de pelo blanco con líneas geométricas. La sala también cuenta con varias plantas y motivos vegetales para no perder la sensación de frescura y naturalidad en el hogar. Al lado de la pantalla de televisión que está colgada en la pared, hay una estantería con varias flores naturales y jarrones de cristal de estilo vintage.
El comedor de la pareja está unido la salón y es un de las estancias más bonitas de la casa ya que está decorada con fotografías de la pareja y recuerdos familiares junto a sus hijos. La pared central del comedor está llena de cuadros con fotografías de cuando Isco y Sara comenzaron con su relación sentimental hace más de siete años y de sus tres pequeños hijos, Francisco, Theo y Piero.
Isco Alarcón y Sara Sálamo también han querido abrir las puertas de una de las estancias más especiales de su casa: la habitación de zona de juegos infantil de sus hijos Francisco, Theo y Piero, que tienen diez, cuatro y tres años. Este espacio está cubierto en su totalidad por una moqueta de color beige claro que aporta calidez y comodidad a la estancia, ideal para que los pequeños puedan jugar en el suelo. En las paredes, Sara ha pintado dibujos infantiles como montañas, soles y corazones para darle color a las paredes y sobre ellas, ha colocado dos grandes muebles de madera de color blanco en forma de 'casita' donde ha ordenado todos los libros, juguetes y peluches de sus hijos.
La pareja cuenta con un imponente jardín que rodea todo el chalet, con césped natural, una gran piscina rectangular y una zona de juegos al aire libre pensada para sus tres hijos y una zona con arena y tierra para sus cinco perros. Además, la casa cuenta con un gran porche exterior cubierto donde Sara posa con sus mejores looks para sus redes sociales. Esta amplia zona está cubierta por un techo de vigas de madera de un tono oscuro y en las paredes predomina el color caldera, al igual que en las paredes exteriores de la casa que están pintadas de este tono rojizo como si fuera un cortijo de estilo andaluz.
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