El pasado mes de febrero, solo unos días después de la llegada de su segunda hija al mundo, Violeta Mangriñán expresaba su deseo de buscar un nuevo terreno en Madrid en el que establecer su residencia fija junto a Fabio Colloricchio, las pequeñas Gala y Gia y su hija perruna, Canela. Ahora, la pareja por fin se ha convertido en propietaria de la casa de sus sueños, de la cual ya han mostrado algunas de sus estancias a través de sus redes sociales, mismo lugar en el que han hecho oficial la feliz noticia.
Hace unos meses, Violeta se sinceraba en su perfil público acerca de sus planes de futuro en la capital: “Se viene que muy probablemente mi vida se establezca en Madrid definitivamente y no quiero pagar una fortuna de alquiler por más de tres años, ya llevo medio año en este piso y si empiezo a buscar terreno me estaría mudando en dos y medio (experiencia en buscar terreno y construir casa tengo) y el tiempo medio es ese”, confesaba la influencer.
Sin embargo, mucho antes del tiempo que ella misma señaló, la familia ha dado el gran paso de comprar su nueva residencia: “Casita en Madrid, check. Estoy muy feliz, orgullosa y agradecida”, ha comenzado explicando Mangriñán. Para ella, la nueva adquisición además supone un motivo de tranquilidad tras conseguir “dejar de pagar un alquiler”, instante en el que ha cumplido uno de sus anhelos: “Ser por fin propietaria es un sueño que no puede describirse en un copy. Muchas ganas de crear nuestro hogar entre estas paredes”, ha continuado afirmando.
Para concluir su comunicado, la valenciana ha querido agradecer en tono humorístico su ayuda a la mayor de sus hijas: “Gracias Gala por prestarme el dinerito para comprarla”, ha finalizado, haciendo referencia a una instantánea en la que la de dos años simula firmar un papel después de haberle ofrecido sus billetes protagonizados por las princesas Disney. "No ha soltado el papel la tía, le he dicho que era suya, que en realidad lo es porque todo lo que tengo es para mis hijas", ha añadido en sus historias temporales.
En el resto de imágenes, aunque sin la compañía de la más pequeña, la familia no ha dudado en posar a lo largo de las diferentes habitaciones del lugar, dando unas pinceladas sobre cómo será su aspecto final: desde una enorme puerta de entrada en color granate y con una banda negra hasta unas interminables escaleras flotantes de madera rodeadas de cristales, que se repiten en los ventanales del piso inferior.
Así, el clan deja atrás el dúplex de alquiler en Majadahonda en el que residían y por el que habrían pagado hasta 5.000 euros al mes.