Los espejos (como este de Paula Echevarría) son, quizás, el elemento decorativo con más tirón en la casa porque, a su capacidad para imprimir estilo, suman un montón de ventajas prácticas, entre las que destaca su enorme poder para transformar las estancias, cualquier rincón es mucho más con un espejo a su lado. Por eso, nos hemos fijado en "el espejo de los espejos", tanto por tamaño como por ser pura tendencia.
Se trata de un modelo de pared rectangular con el marco de aluminio muy fino y, aunque está disponible en varios tamaños (desde 70 x 50 cm), yo lo prefiero en su versión XL, de 190 de alto y 120 cm de ancho. Además, su precio no es desorbitado (desde 69,99 € hasta 249 €) para lo mucho que tiene que ofrecer.
Aunque los espejos con marcos recargados han regresado de la casa de la abuela y se han colado en nuestra casa moderna, lo cierto es que no son una buena opción si hablamos de un piso pequeño, donde debe primar la sencillez y el minimalismo. Por eso, este diseño es ideal porque su perfil mínimo no perturba, aporta estilo y permite que el espejo cumpla sus funciones prácticas básicas: ampliar los metros y multiplicar la luz natural. Sin olvidar, lo cómodo que resulta para comprobar que todo funciona en tu outfit.
Si quieres saber cómo colocarlo y dónde incorporarlo en tu casa, sin perjudicar la energía positiva, toma nota de estas claves.
No hay estancia que se resista al poder de los espejos. Este diseño rectangular y de gran tamaño es perfecto en el recibidor, sobre todo en los pequeños y oscuros, donde pondrá luz, proporcionará sensación de amplitud y hará que puedas echar un último vistazo a tu look antes de salir de casa. En pasillos también es una opción, al final para dar profundidad o en una pared lateral para evitar el ‘efecto túnel’.
Sin duda, en el salón también ocupará una posición de honor. Prueba a ponerlo en una de las paredes, en la chimenea en un tamaño menor o como separador de ambientes. Al igual que en el comedor, frente a la mesa y las sillas, llamando la atención sobre ellas o en el aparador en su versión XS.
Tampoco podemos resistirnos a incluirlo en el dormitorio, en un lateral de la cama o cerca del armario, para comprobar, una y otra vez, cómo te sienta la falda que te acabas de comprar.
Esta temporada descolgamos los espejos de la pared y los dejamos en el suelo o sobre algún mueble, para que luzcan de una manera más informal y ayuden a crear atmósferas más modernas. Además, así logras que modelos de gran tamaño, como este, que pueden pesar mucho sean más sencillos de incorporar a la estancia.
Por motivos de seguridad, es importante que, aunque estén en el suelo, los ancles a la pared, sobre todo los de tamaño XL, para evitar accidentes o sustos. Hasta la misma Zara Home lo aconseja en su web.
La relación del Feng Shui y los espejos es tan natural como compleja. Para esta filosofía son un elemento clave en la decoración de la casa, ya que neutralizan las malas energías de un espacio. Pero también pueden tener el efecto contrario, si los colocas de forma incorrecta. Así, en el dormitorio evita los de cuerpo entero, ya que su energía es muy yang y pueden perjudicar el descanso, sobre todo si está frente a la cama. Si no puedes vivir sin él, ponlo en el interior de una de las puertas del armario.
En el salón y el comedor, mejor redondo u ovalado, ya que sus formas favorecen la comunicación familiar, aunque nunca debe ir en la pared del sofá. En el recibidor un gran espejo como este de Zara Home es perfecto para activar el Chi. Eso sí, siempre en una de las paredes laterales y no frente a la puerta porque puede hacer que se nos vaya la energía por ella.
Si tienes dudas, piensa que es importante que todo lo que se refleja en él sea bonito, para motivarte e inspirarte en tu día a día. Que se trate de un rincón ordenado también es importante para un efecto positivo. Y, por último, evita colgar varios juntos, para que la energía no se desoriente.
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