Todo lo que concierne a la familia real británica siempre ha suscitado atención, incluso lo relativo a sus residencias. Tanto Harry y Meghan Markle como Guillermo y Kate Middleton residen en mansiones que reflejan sus prioridades y enfoques de vida, todas ellas capturan la atención por su lujo, historia y ubicación privilegiada. Mientras que Harry y Meghan han optado por una vida pública en Estados Unidos, trabajando en proyectos de entretenimiento y filantropía, Guillermo y Kate representan una figura más tradicional dentro de la monarquía británica, cumpliendo roles oficiales y de representación; y precisamente esos cambios se reflejan en sus hogares, que explicamos a continuación.
En un nuevo giro en su estilo de vida, el príncipe Harry y Meghan Markle han añadido una nueva propiedad a su creciente elenco. Una villa en el exclusivo Costa Terra Golf & Ocean Club, ubicado en la paradisíaca región de Comporta, Portugal (conocida como ‘los Hamptons’ europeos).
El Costa Terra Golf & Ocean Club es un complejo privado y cerrado que ofrece residencias rodeadas de playas de arena blanca, bosques de pinos y un extenso campo de golf, además de una variedad de instalaciones de lujo como spa, club de playa y restaurantes de alta cocina. Con esta adquisición, Harry y Meghan confirman su interés en establecer una vida que combine privacidad, belleza natural y un ambiente cosmopolita en distintos puntos del mundo.
Frogmore Cottage, ubicada en Windsor, fue la residencia en el Reino Unido en la que vivían Harry y Meghan Markle. Un regalo de la reina Isabel II cuando los duques de Sussex se casaron en 2018, y que en 2019 renovaron extensamente para adaptarse a sus necesidades familiares. Sin embargo, a mediados de 2023 el rey Carlos III les pidió que la desalojasen después de que el príncipe Harry publicase sus memorias.
Cuenta con cinco habitaciones, espacios de entretenimiento, y un vasto jardín. En contraste con la tradicional pompa de las residencias reales, Frogmore Cottage fue decorada con un estilo moderno, elegante, pero funcional, reflejando el estilo más relajado de Harry y Meghan. Desde su mudanza a Estados Unidos, la pareja ha utilizado Frogmore como base temporal en visitas al Reino Unido.
Harry y Meghan también poseen una casa en Montecito, California, donde actualmente residen con sus hijos, Archie y Lilibet. Esta propiedad, comprada en 2020, marca su independencia del círculo real y representa un nuevo comienzo para ellos al otro lado del charco. Situada en un área conocida por albergar a celebrties y otras figuras públicas (tienen como vecinos a Oprah Winfrey y Gwyneth Paltrow entre otras VIP), se ubica en una zona tranquila y lujosa cerca del mar y está rodeada de naturaleza, ideal para su deseo de privacidad.
La mansión, con un valor de aproximadamente de unos 14 millones de dólares, cuenta con nueve habitaciones, dieciséis baños, una biblioteca, una oficina, un spa, gimnasio, sala de juegos, y una amplia piscina. El estilo es bastante moderno inspirado en las villas mediterráneas haciendo de ella un hogar de lo más acogedor.
El príncipe y la princesa de Gales, residen en el encantador Adelaide Cottage en Windsor, una propiedad que también les fue asignada por la Reina Isabel II. Esta residencia, que data del siglo XIX, está situada en los terrenos del Castillo de Windsor y ofrece un ambiente más íntimo que la grandiosa residencia de Kensington en Londres, donde también mantienen una base.
Adelaide Cottage tiene cuatro habitaciones y un estilo muy ‘british’ encantador que refleja el enfoque más tradicional y discreto de la pareja. En esta residencia, la familia busca un ambiente de tranquilidad para sus hijos, quienes asisten a la escuela en la zona de Windsor. A diferencia de otras residencias reales, es más modesta en cuanto a tamaño y opulencia, resaltando la sencillez de la familia en su vida diaria.
Además de Adelaide Cottage, también poseen Anmer Hall, en la campiña de Norfolk. Esta mansión fue un regalo de bodas de la Reina Isabel II en 2011 y ha sido la residencia preferida de la pareja para escapadas rurales, especialmente durante los primeros años de sus hijos (y también en el periodo de recuperación de Kate). Anmer Hall cuenta con diez habitaciones, múltiples salas de estar, y una vasta extensión de terreno que les permite desconectar al máximo. Anmer Hall, de estilo georgiano, mantiene el encanto campestre y se ha decorado con un enfoque práctico y cómodo.